Colaboración de Paco Pérez
EL
ORIGEN DEL MAL
Reflexionar
sobre los temas de la vida es bueno, Qohelet lo hacía y, al finalizarlas, siempre acababa decepcionado.
Supongamos que una persona honrada trabaja durante la
jornada laboral muy bien, al acostarse planifica mentalmente cómo hacerlo mejor
al día siguiente y descansa poco. Un tiempo después, cansado, comprueba que todo
sigue igual, medita y, decepcionado, decide que no mereció la pena preocuparse tanto
por los temas porque lo que tenemos es fruto de vivir en una sociedad vacía de principios y repleta de injusticias e irresponsabilidades.
Opinan así quienes honradamente luchan por hacer un mundo diferente y mejor pero cuando el interés por lo material se instala en la sociedad las personas se distancian de Dios y, por egoísmo, adoran al dios dinero.