Una
mañana visité con Mari, como hacemos
a diario en Nerja, la cafetería “Bajamar” para tomar el habitual café de
las 11:00 horas, a este ritual le suele llamar, nuestro apreciado paisano Alfonso Carretero Saeta “El Yesca”… ¡¡¡Tomar la dosis!!!
Cuando
entramos nos vimos sorprendidos por el hecho de que a primera vista estaban
todas las mesas ocupadas, aquella mañana debió confabularse todo Nerja para ir allí a desayunar y,
además, a la misma hora. Mirábamos en todas direcciones intentando localizar una
mesa que estuviera libre para poder sentarnos y, cuando ya estábamos decididos
a salir del local, un señor mayor que también era cliente habitual de “Bajamar” y al que sólo conocíamos de
vista, estaba sentado solo en una mesa, nos dijo:
-
¡¡¡Sentaos aquí conmigo, si no os
importa!!!
Aceptamos
su propuesta y él, con su gesto inusual en la sociedad de nuestros tiempos, no
sólo nos acogió sino que, además, nos invitó.