viernes, 10 de octubre de 2025

TÚ ELIGES…

Colaboración de Paco Pérez

¿HALAGO O VERDAD?

DOMINGO 28 C

TEXTOS, para meditarlos:

1ª LECTURA: 1 CRÓNICAS 15,3-4.15-16; 16,1-2

En aquellos días, David congregó en Jerusalén a todo Israel, para subir el Arca del Señor al lugar que le había preparado. Reunió también a los hijos de Aarón y a los levitas.

Luego los levitas levantaron el Arca de Dios tal como había mandado Moisés por orden del Señor: apoyando los varales sobre sus hombros.

David mandó a los jefes de los levitas emplazar a los cantores de sus familias con instrumentos musicales -arpas, cítaras y platillos- para que los hiciesen resonar, alzando la voz con júbilo.

Llevaron el Arca de Dios y la colocaron en el centro de la tienda que David le había preparado. Ofrecieron holocaustos y sacrificios de comunión de Dios.

Cuando David acabó de ofrecerlos, bendijo al pueblo en nombre del Señor.

SALMO RESPONSORIAL: 26, 1.3.4.5

R/. El Señor me ha coronado, sobre la columna me ha exaltado.

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?

El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? R/.

Si un ejército acampa contra mí, mi corazón no tiembla; si me declaran la guerra, me siento tranquilo. R/.

Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor, contemplando su templo. R/.

El me protegerá en su tienda el día el peligro; me esconderá en lo escondido de su morada, me alzará sobre la roca. R/.

2ª LECTURA: HECHOS 1, 12-14

Entonces se volvieron a Jerusalén, desde el monte que llaman de los Olivos, que dista de Jerusalén lo que se permite caminar en sábado. Cuando llegaron, subieron a la sala superior, donde se alojaban: Pedro y Juan y Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el de Alfeo y Simón el Zelotes y Judas el de Santiago.

Todos ellos perseveraban unánimes en la oración, junto con algunas mujeres y María, la madre de Jesús, y con sus hermanos.

EVANGELIO: LUCAS 11, 27-28

27. En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío levantando la voz, le dijo: «Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron».

28. Pero él dijo:

«Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».

REFLEXIÓN:

Las lecturas muestran, viajando al pasado, las manifestaciones de Dios a las personas para ir encauzado el culto poco a poco. 

David, por encargo de Él, levantó una tienda y en ella mandó colocar el Arca de la Alianza. Al acto acudió el pueblo, tuvo la pomposidad y grandeza del momento y le ofrecieron holocaustos y sacrificios.  Concluida la ceremonia, David, en nombre del Señor, los bendijo.

Pasaron los años y, al morir Jesús, se reunieron los once discípulos, María- su madre-, sus hermanos y algunas mujeres… ¿Por qué?

Porque el dolor y desconcierto que les causó su muerte los empujó a hacerlo para consolarse y buscar las respuestas que les ayudaran a planificar el futuro como familia en Cristo. Debemos recordar que los discípulos habían recibido de Jesús el encargó de continuar la evangelización de la sociedad.

Es posible que, en esos momentos y circunstancias especiales, se pusieran las primeas piedras de la Iglesia y que lo hicieran las personas que estuvieron siempre a su lado, convencidas de que ese era el camino… ¿Lo estamos nosotros?

Considero que seguimos sin avanzar en nuestro compromiso cristiano a pesar de las enseñanzas que nos dio Jesús pero sí respondemos, sintiéndonos emocionados y justificados, cuando participamos en las prácticas multitudinarias que se nos proponen... ¿Por qué somos así?

Porque asistiendo no reflexionamos, no cambiamos y no nos comprometemos con el mensaje de Cristo pero, al concluir, nos sentimos eufóricos y nos damos un suculento refrigerio por el sacrificio que hemos hecho.

El evangelio nos muestra uno de los comportamientos inútiles de nuestra sociedad… ¡Hacer halagos que brotan en momentos de euforia!

¿Por qué?

Para quedar bien o conseguir algo y después, como no nos comprometen, los arrinconamos en el cajón del olvido.

Hay personas que, al recibirlos, se muestran complacidas porque creen que se los merecen y eso los empuja a  perder la humildad, el espíritu de servicio, ganar un comportamiento equivocado y ser diferentes.

Jesús, con su respuesta, desmontó ese falso retrato de los bienaventurados para que nos sirva de guía, lo hizo con pocas palabras: [… escuchar la palabra de Dios y cumplirla.].


No hay comentarios:

Publicar un comentario