Colaboración de Paco Pérez
¿TRISTE O FELIZ?
Cuentan, que hace 2021 años, en Belén de Judá, ocurrió un hecho que cambió muchas cosas totalmente, estuvo precedido y acompañado de algunos fenómenos especiales y por ello puede ser catalogado de extraordinario… ¡El nacimiento de Jesús!
Sabemos que todos los días nacen niños pero Él, unos años después, dejó una huella imborrable que cambió la vida de muchas personas con sus enseñanzas y ejemplos de vida… ¡A ese niño le llamaban Jesús!
El pueblo de Dios, igual que ocurre ahora, atravesó en varias ocasiones por momentos difíciles y sufrieron muchas penalidades. A pesar de ello nunca perdieron la esperanza de recuperar la normalidad y confiaron en Dios para alcanzar ese anhelo. Él no los abandonó y por mediación de los profetas les mantenía viva la esperanza con sus anuncios. Ese procedimiento lo encontramos hoy en Isaías 9, 2-7 pero sus palabras no fueron bien entendidas por el pueblo porque él les hablaba de algo futuro que les regalaría más adelante un soplo de ilusión y esperanza, es decir, les anunció que algo bueno les ocurriría:
[El pueblo que
caminaba en tinieblas vio una gran luz; habitaban tierras de sombras, y una luz
les brilló…
Porque
un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado: lleva al hombro el principado, y
es su nombre: Maravilla de Consejero, Dios Guerrero, Padre Perpetuo, Príncipe
de la Paz.
Para
dilatar el principado con una paz sin límites, sobre el trono de David y sobre
su reino. Para sostenerlo y consolidarlo con la justicia y el derecho, desde
ahora y por siempre. El celo del Señor lo realizará.].
Sistemáticamente,
las gentes de Israel eran pisoteadas
con la injusticia de los poderes dominantes de aquellos tiempos pero, en
nuestros días, también estamos siendo pisoteados porque el sistema económico mundial empobrece
a los más débiles y enriquece más a los que ya lo están; cuando los fanatismos causan dolor, en
España y el mundo; cuando la injusticia hace que la Justicia mire hacía otro lado,
en casos puntuales; cuando en España no entran en chirona ciertos
políticos que han administrado mal nuestros recursos y otros que eran inocentes
no fueron tratados con el derecho de presuntos; cuando se blanquean, con leyes aprobadas por el sastre a la medida, la imagen ensangrentada
de ciertos personajes por intereses del Gobierno o se concede el indulto a quienes dieron, recientemente, un golpe de
estado en Cataluña para seguir sentados en las poltronas…].
Las
gentes de Israel eran consoladas por los profetas y después Jesús
denunciaba a los opresores pero en España… ¿Quién nos consuela si
cada día padecemos más los efectos de la injusticia porque nos encorsetan con más
cadenas y no tenemos a Jesús para que denuncie las irregularidades y la mala
gobernanza que hay?
Si
alguien se escandaliza de estos hechos y no se cuestiona nada es que aún no
sabe que Jesús fue condenado y crucificado por denunciar las irregularidades
que había en el Templo, el Sanedrín y los políticos.
Retornando
a la Navidad se debe saber qué nos cuentan los expertos y por ellos aprendemos
que es complicado fijar el momento exacto en que nació Jesús y que se estableció para la Navidad la fecha del 25 de
diciembre, según reconoció en 1993 el Papa Juan Pablo II, para sustituir
a la antigua fiesta pagana del Sol Invencible, la que coincidía con el
solsticio de invierno, y que por tanto se trata de una fecha “convencional”.
“A los cristianos”, dijo el Papa, “les pareció lógico y natural
sustituir aquella fiesta por la celebración del único y verdadero sol: Jesucristo,
surgido sobre la Tierra para traer a los hombres la luz de la verdad”.
Ahora,
el lector debe valorar los hechos aportados pero la realidad me hace inclinarme
por entrar en lo importante de esta fiesta y para ello os propongo leer Lucas
2, 1-14:
[En aquel tiempo salió un decreto del emperador Augusto,
ordenando hacer un censo del mundo entero. Este fue el primer censo que se hizo
siendo Cirino gobernador de Siria. Y todos iban a inscribirse, cada cual a su
ciudad.
También José que era de la casa y familia de David, subió desde
la ciudad de Nazaret en Galilea a la ciudad de David que se llama Belén, para
inscribirse con su esposa María, que estaba encinta.
Y mientras estaba allí le llegó el tiempo del parto y dio a luz
a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque
no tenían sitio en la posada.
En aquella región había unos pastores que pasaban la noche al
aire libre, velando por turno su rebaño. Y un ángel del Señor se les presentó:
la gloria del Señor los envolvió de claridad y se llenaron de gran temor. El
ángel les dijo: No temáis, os traigo la buena noticia, la gran alegría para
todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el
Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en
pañales y acostado en un pesebre.
De pronto en torno al ángel, apareció una legión del ejército
celestial, que alababa a Dios, diciendo: Gloria a Dios en el cielo, y en la
tierra paz a los hombres que Dios ama.].
Ese
niño, unos años después, nos dejó su ejemplo
de vida y se convirtió en camino para la humanidad pero,
lamentablemente, no practicamos su propuesta porque hablamos mucho de Jesús pero cuando llega la hora de la
verdad preferimos seguir viviendo cómodamente en nuestras casas o en palacios,
cada cual según sus posibilidades; preocupándonos poco de quienes necesitan
ayuda; no cambiando nuestras rutinillas religiosas porque con ellas tranquilizamos
el espíritu; no aplicando el tuve hambre y me distes de comer, sed
y recibí de ti un vaso de agua, dormía en la calle y me alojaste en tu
casa… ¿Hacemos algo serio para que se
erradique la pobreza y podamos transitar por un mundo igualitario?
Hacer
gestos y pronunciar palabras bonitas son acciones que sirven para quedar bien
ante el gran público pero después, cuando se baja el telón del gran teatro que
es la vida, miramos a nuestro alrededor y comprobamos que seguimos instalados
en nuestra particular comodidad.
¿Este
CAMINO fue el que nos enseñó Jesús?
No hay comentarios:
Publicar un comentario