Colaboración de José Carlos Castellano
LA AVENTURA ESPACIAL
Estábamos en las postrimerías
de
la década de los años sesenta,
del diecinueve, con nuevas vías.
El
hombre la luna, pisado había,
el
proyecto Apolo presenta,
la
hazaña que a mano tenía.
El
lanzador Saturno a la luna subía
y
a los humanos en ella asienta,
como
desde antes se pretendía.
Pequeño
paso para el hombre sería,
gran
paso que la humanidad detenta,
pero
todo avance tiene porfía.
Y
esto fue lo que aconteció
cierto
día de aquellos años
que
a mi conocimiento llegó.
Juan
José López y José Carretero,
tras
tomarse el café de la tarde,
con
calor, pues la atmósfera arde.
Y
al trabajo comentando el noticiero.
“Joselillo”
le dice al “Bendito”:
-
¿Viste anoche en la televisión,
al
hombre caminando en la Luna?
-
Sí que lo vi con gran atención.
Joselillo.-
Joder que emoción.
Bendito.-
Gran página han escrito.
Después
diría un astronauta:
-
Es un pequeño paso para el hombre,
pero
para la humanidad un gran paso.
Bendito.-
Dijeron que llegaron en tres días
subidos
en el cohete.
Joselillo.-
Así lo leí en el “Caso”,
toda la prensa escrita recoge el caso.
En esto, unos abuelos que a la sazón,
sentados
estaban en el paseo,
oyeron
la charla sin ser su deseo,
y
comentaron según su razón:
Un
contertulio.- ¿Has oído la conversación?
Otro
.- Sí que la he escuchado.
¿Y
qué opináis?
Y
al unísono contestaron todos:
-
¿A creeros eso vais?
-
Es imposible que de estos modos,
tres
hombres aguanten esta situación,
aunque
de fuerzas estén sobrados,
estar
tres días a un carrizo agarrados.
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