Colaboración de Paco Pérez
LEY Y TENTACIONES
El
bien, el mal, la tentación, la desobediencia y sus consecuencias
nos afectan cuando incumplimos la Ley al no rechazar los susurros del diablo.
Interpretarla bien y cumplirla es nuestro deber.
Adán
y
Eva, actuando
con libertad, no la respetaron y sufrieron la esclavitud
de la muerte, la enfermedad, el trabajo, la
avaricia... Nosotros también, cuando recibimos las “tentaciones” y no
las rechazamos.
Jesús también fue tentado pero las rechazó. Si el diablo se atrevió con Él… ¡Cómo no va a intentarlo con nosotros!
Sabemos
que Jesús estuvo ayunando en el desierto, se encontraba débil
y el maligno aprovechó esa situación para probarlo, Él venció
pero nosotros caemos.
El
pueblo de Dios, guiado por Moisés, caminó por el desierto y sufrieron
los rigores del frío, el calor, el hambre, las enfermedades, las dudas
espirituales, el retorno a la idolatría… A pesar de ello, el Señor les
ayudó pero las pruebas que recibieron no fueron rechazadas por
todos y los castigó.
Somos
probados cuando se nos impone un modelo de convivencia social por
la fuerza de unas leyes que degradan la moral cristiana en
beneficio de unos principios equivocados que chocan con la propuesta que Dios
regaló a todos en el Sinaí. Estas acciones son, para mí, “tentaciones”
que hacen caer a muchos en los nuevos modelos de idolatría al
garantizarles la impunidad humana mediante el empleo de la injusticia y
la mentira pues les blanquean el delito con la despenalización “a
medida”. Así están logrando que la “familia tradicional”, la que enseñaba
los buenos valores, haya dejado de ejercer su cometido, el gran objetivo de sus
promotores.
Las
consecuencias ya las estamos sufriendo, se penaliza el maltrato a
la flora y la fauna, algo digno de elogio pues forma parte
de la obra creadora de Dios pero… ¿Por qué se despenaliza el
acto del aborto que mata a personas inocentes que también pertenecen a la
Creación?
Sus
autores han sucumbido a la prueba de alcanzar el poder terrenal, se han
creído dioses y no han tenido escrúpulos de ofrecerle al diablo lo que
les ha pedido… ¡Decidir sobre la VIDA y la MUERTE, acción que sólo
corresponde a Dios!
Pablo enseñó que por
el pecado de una persona fuimos pecadores, desde Eva hasta Moisés, pero,
como la Ley aún no había sido entregada,
sus errores no los tuvo en cuenta Dios.
Lo que sí continuó vigente fue la MUERTE
que habíamos heredado de ellos. Una vez que Moisés recibió la Ley ya
sí respondían de sus errores.
Con
la “Muerte y Resurrección” de Jesús cambió la relación hombre-Dios… ¿En qué consistió ese cambio?
Favoreciendo
a las personas con un efecto contrario: La desobediencia de uno fue
condenatoria pero la obediencia de Jesús fue salvadora.
Debemos
iniciar la Cuaresma reflexionando y aceptando que cedemos ante la “prueba” al comprar cosas innecesarias, buscando el poder para servirnos de él y no para ayudar a los desfavorecidos, difundiendo la intimidad de las personas porque
tenemos libertad de expresión… Jesús también vivió la suya y nos
enseña que ayunó, oró, tuvo tentaciones, rechazo las
cosas materiales, luchó por la
justicia… Los cristianos debemos
elegir entre esos valores y los que oferta la sociedad que no cree. Si hemos cometido errores deberemos considerar que la
Cuaresma es el tiempo idóneo para cambiar y después no olvidarnos el
resto del año de Dios y el prójimo pues la praxis cristiana no debe interrumpirse cuando acaba.
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