Colaboración de Juan José Castillo Mata
Capítulo I
Creo
que soy conocido en el pueblo pero por mi nombre de pila no lo soy tanto como
por el apodo, el que heredé de mi querido padre, Jacinto. Todos los miembros de ella lo llevamos con gran orgullo y
por ello quiero que se me llame Juan
José “El espartero”, es un
orgullo escucharlo.
Nací en Villargordo (Jaén), en el seno de una familia
normal del pueblo y nuestros padres fueron Jacinto
Castillo y Juana Mata. La
familia vivió, durante mi infancia, en la calle La Luna número 74.
Desde
pequeño me aficioné a realizar trabajos en cartón
y arcilla, en aquellos años le
llamábamos “grea”. Es verdad que los
hacía por afición pero también es verdad que era una necesidad porque la
economía de mis padres no daba ni para comprarme una pelota de goma. Empujado
por esa circunstancia y ayudado por el placer que me causaba hacerlos tuve que
agudizar el ingenio y fabricarme con esos materiales mis propios juguetes.
Con
la grea hacía los caballos, los
carros y demás aperos de labranza y la cuadra y los pajares eran de cartón. Usaba estos materiales porque
estaban muy a mano. La primera era fácil de conseguir junto al “mataero” pues cerca del camino “El Chorreaero”, el que va hacia el
Guadalquivir, había una cueva que tenía una veta de dicho material. Conseguir
los cartones era más fácil pues me pasaba por la puerta de las tiendas y
recogía las cajas que desechaban cuando ya no les servían para el embalaje de
los artículos que vendían. Estas facilidades para conseguirlos hicieron que me
aficionara a trabajar con estos materiales.
Ahora,
al estar jubilado y no ser hombre de pasar el tiempo en los bares, pues he
vuelto a la vieja afición de las manualidades usando materiales de reciclaje y
a esta afición dedico el tiempo libre que me deja la familia, mi principal
ocupación. Durante varios años he realizado la reproducción, en miniaturas, de
los edificios representativos de nuestro pueblo: La Iglesia, la Ermita, el Museo “Cerezo Moreno”, la vieja “Casa
del cura”, que antiguamente fue “Banco
de Villargordo” y algunos rincones típicos y calles.
Con
estos trabajos lo que intento es dejar una huella a los jóvenes para que las
recuerden, más adelante, cómo eran en tiempos pasados pues nuestras autoridades
las van haciendo desaparecer o las transforman
paulatinamente sin ningún escrúpulo y miramientos. Como ejemplos de lo
que digo tenemos: La “pilas”, un lavadero público de nuestro pasado
reciente que estaba junto al “pilar largo”;
la “casa del cura”, cuya fachada ya
no está igual; la “Iglesia”, cuya lonja fue destruida con la construcción
del “salón parroquial”; de la “puerta de tronos de la Iglesia”, fueron
eliminadas sus puertas de madera y tapiado el hueco para poner en él la imagen
del Cristo de la Salud en un mosaico
de cerámica y enmarcado por la portada de piedra que ahora ha sido restaurada;
la “casa de los marqueses”, situada
en la calle Granadillos, tenía portadas de piedra que fueron destruidas y unas
rejas de gran belleza, una de ellas se trasladó y colocó en una de la paredes
del templo parroquial.
Estos
edificios históricos tenían que haberse restaurado y conservado como patrimonio cultural de Villargordo
pero, por desgracia, en estos menesteres nuestro pueblo ha sido “El valle de los sin ley” pues cada uno
ha hecho lo que ha querido. Por estos desmanes yo intento ahora, con los cartones y la grea, conservar en las miniaturas cómo fueron en el pasado,
guardando la máxima fidelidad al original.
Este
año he expuesto una reproducción de la actual calle Circunvalación y, viajando al pasado, he mostrado cómo estaría en
nuestros días si no se hubiera destruido el edificio de las viejas “pilas”, la maqueta empieza en ellas y
acaba en el “pilar redondo”. Este
trabajo me ha proporcionado esta pasada Navidad la alegría de ganar el Primer Premio del “Concurso Municipal de Belenes en Escaparates”. Tengo que resaltar
que es el tercer año consecutivo que lo gano.
Animado
por la labor de recuperación que estoy haciendo del recuerdo de nuestro pasado
me voy a tomar la libertad de pedir un favor a nuestras autoridades locales: [Tengan la bondad de recuperar el edificio
de las “pilas” tal y como fueron en el pasado y para ello hagan la demolición
de la burla que nos han hecho de él recientemente.].
Otra
faceta del arte que vengo cultivando como entretenimiento y de manera
autodidacta, desde hace unos cuantos años, es la práctica de la “pintura al óleo”: Modelos tomados de
láminas, algunas obras de la realidad de nuestro pueblo y a las personas.
Lo
que hago es fruto de mi tesón pues nunca recibí lección alguna para corregir
mis defectos, supongo que por esa razón serán muchos. Para mí, lo más importante
de todo es tener la mente ocupada con estas cosas las horas que estoy despierto
pues con ellas soy feliz, no me aburro y la salud me lo agradece.
Estos
trabajos se irán presentando poco a poco, espero que les gusten.
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