Colaboración de Pedro Berrio Melguizo
Hace
ya muchos años que mi padre, Juan
Francisco Berrio Jiménez, me contó
esta breve historia.
Parece
ser que un grupo de jóvenes villargordeños muy amigos; José, Andrés y su
hermano Pedro Manuel, acordaron ir a
la “Feria de Linares” a pasar un
buen día de diversión y todos sabemos que entonces había pocas oportunidades de
pasarlo bien. Una vez allí comieron, bebieron y, por la tarde, acordaron acudir
a la plaza de toros para presenciar la corrida que había ese día y en cuyo
cartel se anunciaba que toreaba “Granero”,
un diestro muy afamado de aquellos tiempos y otros dos más. Pasaron un día
completo, para ellos fue inolvidable.
Al
día siguiente, cuando se encontraron con los otros amigos de la pandilla
comenzaron a contarles la experiencia que habían tenido el día anterior en la
feria.
Uno
de los muchachos que no había podido ir les preguntó por lo que habían visto en
ella y José, le contestó:
-
Comimos y bebimos en los bares y después asistimos a la corrida de toros, el
famoso torero “Granero” estuvo
fenomenal.
Siguieron
hablando de lo vivido y Andrés,
cuando ya llevaban un rato hablando, les dijo:
-
Cuando conocimos en la plaza a ese torero tan famoso nos dimos cuenta de que Pedro Manuel le parecía muchísimo a “Granero”.
-
¿Tanto? –le preguntó otro de los amigos que no había ido.
–
Muchísimo –volvió a insistir José.
-
¿En qué se parecían exactamente? – insistió otro y de manera más precisa.
José no tuvo más
remedio que precisar los detalles para justificar sus palabras:
-
Pues no exagero si os digo que los dos tienen la misma cara, andan lo mismo, tienen
una estatura parecida. En fin… ¡¡¡Son casi
repetidos!!!
Después
de aquel día se le comenzó a reconocer en el pueblo como Pedro Manuel Berrio Jiménez “Granero”
y ya ese apodo se quedó para todos sus hermanos, hijos y sobrinos. A todos se
les conoce como “Los Graneros”.
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