Colaboración de Tomás Lendínez
LA SEMANA SANTA
Este escrito ha sido publicado hoy en DIARIO JAÉN, en “Cartas de
los lectores”.
Para
todo aquel que no sea creyente, e incluso también para otros que sí lo sean,
tal vez muchas de las cosas que conllevan y envuelven las religiones son cosas
arcaicas, pasadas de actualidad, que no sirven para nada, que incluso sólo
conllevan folclore, pero si reflexionamos y nos adentramos en ellas, no es
difícil ver y adivinar que la manda, la promesa, la ofrenda, el exvoto o la
procesión son actos y acciones que nos acercan a nuestra divinidad, cualquiera
que ésta sea, constituyendo una acción de gracias a quienes algo le pedimos.
Será una expresión de agradecimiento por todos entendida, cualquiera que sea nuestra
cultura, y más en estos tiempos confusos y equívocos que nos ha tocado vivir,
donde todos reivindicamos nuestros derechos con protestas y manifestaciones,
siendo los cristianos los que también tienen derecho a ello, y más en una manifestación
pacífica como es una procesión que conserva la bella tradición, desde aquella
fecha que sufrieron el calor del espíritu de la Contrarreforma, y aún más para
el pueblo andaluz que siente latente vivo el deseo de comunicar y compartir su
estado de ánimo, ya que nunca desea encontrarse solo en la luz y la sombra que
la vida lleva consigo, sentimiento que se plasma no sólo a través de la
palabra, sino también en otras muchas manifestaciones como es el baile, la ropa
e incluso también en la comida, y por supuesto mucho más en la religión,
teniendo su mayor esplendor en esta festividad de Semana Santa donde se exalta
la muerte y resurrección de Cristo, como primicia de la nuestra, acción que conforta
y da esperanza al creyente.
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