domingo, 9 de abril de 2017

¿A QUÉ JESÚS SEGUIMOS?

Colaboración de Paco Pérez
¿SEMANA DE PASIÓN?
¿Tenemos claras las respuestas o estamos confusos?
Hace tiempo que vengo intentando encontrarlas para preguntas de este estilo y de otros pero, la verdad, cuando comparo la realidad de estos días con los hechos que nos muestra la Biblia sobre los últimos días terrenales de Jesús siempre tengo la misma sensación, me siento mal. Me ocurre porque compruebo que un año más, antes y durante la Semana Santa, se sigue repitiendo en nuestros pueblos y ciudades la misma escenificación para recordar qué ocurrió entonces: Pegando carteles anunciadores; dando los “pregones” tradicionales sobre lo que ocurrió; haciendo la “levantá” de las imágenes; procesionándolas en los días programados, siguiendo la tradición, por su recorrido habitual; marcando los “costaleros” muy bien el paso debajo de los tronos para que éstos se desplacen con el ritmo ensayado; los “capataces” ofrecerán su espectáculo habitual de golpes en la campana, se ayudarán de voces orientadoras para pasar los tronos por lugares imposibles, los fieles presentes quedarán entusiasmados con el logro y aplaudirán; si llueve, algunas personas llorarán desconsoladas; las cámaras de TV estarán atentas para grabarlas y convertirlas en noticia y, el lunes de Pascua, el pueblo se mostrará muy satisfecho porque todo salió perfecto.

En esta fiesta religiosa del rito “cristiano-católico” se recuerda lo que le ocurrió a Jesús en esos días finales de su vida pero… ¿Por qué no se explica con todo detalle la esencia de esos hechos y que no tiene nada que ver con lo que hacemos?
No fue casualidad ni se montó de un día para otro, no. Lo sucedido fue más complejo y largo porque arrancó desde el momento en que Jesús comenzó la “PREDICACIÓN del REINO” pues al hacerlo no se ajustaba al formato social que entonces había allí.
Él, cuando era necesario, les demostraba que no había venido para complacer a la sociedad sino a mostrarles qué debían hacer y qué no, cuándo había que respetar las normas del judaísmo y cuándo había que saltárselas para dar prioridad a lo importante. Por ejemplo: Si, en sábado, a un judío se le caía un animal a un pozo o se encontraba a alguien accidentado su ley religiosa le hacía no atender esos problemas y esperaba al día siguiente para sacarlo o curarlo ¿Era razonable esa ley que los llevaba a ese comportamiento?
Él respetaba las leyes del “judaísmo” pero, en casos parecidos, nos enseñó que éstas no podían esclavizar a las personas y por eso, siendo judío también, hizo cosas en sábado y así, de manera práctica, nos dijo sin hablar que era más importante solucionar en ese momento el problema que no hacerlo y cumplirla.
Así, con este comportamiento tan simple, fue como convenció a quienes lo escuchaban porque no se limitó a predicar el camino, lo practicó. Con ese comportamiento les mostró su amor, los perdonó, los curó, les dio de comer… Por hacer estas cosas sencillas con los demás durante sus tres años de enseñanza, Jesús desconcertó a todos sin pretenderlo… ¿Por qué? Porque no estaban acostumbrados a que las personas fueran tratadas así y eso originó que lo rechazaran quienes las oprimían porque temían perder el poder religioso, político o económico que en ese momento ostentaban y con el que tenían maltratado y descontento al pueblo. 
Quienes tenían estos poderes medraron para MATARLO y, después de un tiempo, lograron su objetivo. Ese final no fue cosa de dos días, se fue fraguando poco a poco y desde que comenzó a predicarles el proyecto que Dios había diseñado para los hombres… ¿Por qué?
Cuando les predicaba la VERDAD para que hubiera JUSTICIA lo hacía con libertad total y originalidad; era inconformista con el modelo social que les habían impuesto esas autoridades y se lo manifestaba empujado por la fuerza de Dios. Por todo esto Jesús pasó a ser para ellos un estorbo y una amenaza pues temían que soliviantara a las masas y que eso les hiciera perder el bienestar que en esos momentos disfrutaban a costa del sufrimiento ajeno.
Eso es lo que veían ellos cuando mostraba al pueblo el plan que les permitiera comprender y acoger el Reino de Dios y su justicia, este proceder era, según ellos, un desafío al sistema gobernante pues  representaba un vuelco completo al formato que ellos habían implantado.
También dejó sorprendidos a los religiosos por el comportamiento acogedor que tenía con los pecadores. Según ellos, ningún profeta de Dios había actuado así en otros tiempos. También, porque era amigo de todos y porque en su mesa siempre acogía a todo el que se sentaba, incluso a los que no daban señales de arrepentimiento. Lo que más cabreaba al poder religioso era que les hablara de Dios con conocimiento propio y sin seguir la línea que enseñan los maestros del lugar, ellos.
Jesús cambió el sentido de lo que hacían cuando les predicó un mensaje en el que Dios les ofrecía una vida humana sencilla y ellos, para llegar a ese mismo Dios, la complicaban porque en aquellos tiempos los judíos tenían que vivir cada día, desde que se levantaban, salvando los 365 preceptos que eran prohibiciones y los 248 que no lo eran.
Su mensaje fue claro: Había que cambiar las estructuras que dirigían los destinos del pueblo y, para ello, Él les mostró un camino nuevo, éste estaba ajustado a la verdadera voluntad de Dios y no a la de los hombres.
¿Se ha cumplido el verdadero deseo de DIOS o seguimos caminando con similares métodos esclavizadores para los hombres?
Estamos igual y lo único que ha cambiado es que quienes ejercer esas funciones opresoras, no deseadas por Dios, son otros hombres.
Jesús sabía que era peligroso intentar lograr una vida digna y justa para los pobres pero también sabía que no podía hacerlo sin recibir el rechazo y la persecución de aquellos a los que no interesaba el cambio en el poder político, en el económico y en el religioso.
¿Guarda algún parecido lo que sucedió entonces con Jesús y lo que sucede ahora?
Pues no olvidemos que recordar aquellos hechos, a mi entender, no es salir a la calle detrás de una imagen pues en la Biblia está Éxodo 20, 1-21 y ahí se nos comunica que no debemos hacerlo… ¿Por qué no se prohíbe ya?
Debemos pensar que Jesús no fue ajeno al futuro que le esperaba si se enfrentaba al poder terrenal y los cristianos-católicos debemos de abandonar las PROCESIONES, ahondar en la verdad del misterio y centrarnos de una vez para siempre en seguir el CAMINO que nos enseñó.


No hay comentarios:

Publicar un comentario