Colaboración de Paco Pérez
CAMBIO PERSONAL Y ESPERANZA
Las
situaciones adversas, muchas veces, nos hacen sufrir, entonces perdemos la
tranquilidad y acusamos al Señor de
habernos abandonado. El pueblo de Dios
tuvo este sentimiento cuando vivió deportado en Egipto y en Babilonia. Hoy
encontramos reflejada esta realidad en la lectura de Isaías, estaban sufriendo la segunda deportación y se sintieron
abandonados por Él. Intervino el profeta y les anunció que habían sido
perdonados y que los liberaría de nuevo. El
profeta despertó en el pueblo la ilusión
y la esperanza de la liberación que
tanto habían esperado y deseado, si Moisés
los sacó de Egipto en esta
ocasión fue el rey Ciro el encargado
de hacer cumplir los deseos de Dios.
Pasaron
los años y Juan “El Bautista” les anunció la llegada de
otro que vendría después de él con más fuerza para allanar los caminos de la injusticia.
Juan utilizó una manera sencilla para
comunicar a las gentes el hecho religioso, les habló de la necesidad que tenían de
convertirse y que debían hacerlo mediante
el cambio personal, el arrepentimiento de los pecados y el perdón de ellos al recibir el “bautismo” de inmersión.
El
mejor mensaje se da con el ejemplo de vida y este profeta lo dio cambiando
todos los planteamientos religiosos de entonces pues vivía con humildad, alejado de la grandiosidad del templo y en el desierto, alimentándose y vistiéndose con lo que encontraba en
él…
Juan inició la
necesidad de cambiar el modelo social de vida, entonces todo giraba alrededor
del Templo pero él se apartó de ese
modelo y se marcho al desierto a predicar,
porque también estaba Dios en él. Su
convencimiento le hizo no adjudicarse el protagonismo del mensaje y por eso se
presentó como el instrumento necesario
que facilitaría la llegada del que vendría después, Jesús.
Cuando
lo crucificaron, su muerte causó un impacto brutal en quienes estaban junto a Él a diario y se alejaron asustados
pero después de su resurrección, en los primeros años de haber ocurrido, la palabra que les predicó dio los frutos
buscados, sus seguidores estaban convencidos de que la segunda venida sería inminente pero, para hacerles entrar en razón,
Pedro les habló de que debían tener esperanza en su llegada y estar preparados para ese momento
porque esa realidad no debía pillarles desprevenidos
sino con los deberes hechos, así es como podrían ser acogidos por Él.
Todas
las buenas intenciones que guiaron a Dios
desde el inicio, intentando guiarlos por los profetas hasta la llegada de su Hijo, aparentemente no dieron fruto
porque quienes más cerca estaban de Él
se escondieron asustados pero la semilla esparcida sí los dio porque dos mil veinte
años después aún seguimos preocupándonos de su mensaje a pesar de que somos
conscientes de que el cambio que se nos sigue pidiendo que demos no ha conseguido
cuajar todavía en un modelo social digno y justo para todos. Hemos fracasado,
es la verdad, porque el poder no ha sido combatido con la justicia y aún sigue
matando a Jesús cuando los pobres continúan sin hogar y sin comer, nosotros sin buscar el
cambio y los ricos continúan siendo cada vez más egoístas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario