sábado, 13 de noviembre de 2021

AMAREMOS LA VERDAD Y ASÍ…

 Colaboración de Paco Pérez

NO PERDEREMOS LA ESPERANZA

El sufrimiento siempre hizo pensar a las personas que el final de los tiempos estaba cerca, en esa situación escribió el profeta Daniel el texto en el que, contrariado por el dolor que se causaba a las personas de su entorno, les anunció que vendría precedido de una situación social caótica en la que habría mucho sufrimiento y entonces el gran defensor de las personas acudiría, se despertarían los que ya habían muerto, se presentarían en el gran juicio final y en él unos serían salvados y otros condenados.

Marcos escribió afectado por el sufrimiento que estaban ocasionando los romanos al pueblo judío, hechos que demostraron lo que Jesús les dijo hacía años, y lo hizo para anunciarles que para cambiar el sistema de gobierno opresor que había tendrían que sufrir mucho. Como hacerlo era complicado les habló de los peligros que acechaban, las invasiones de pueblos lejanos que eran impulsadas por la ambición, Israel las padeció.

En nuestros días esos peligros siguen presentes y, aunque con nombres y formatos diferentes, el motivo que los empuja es el mismo, la ambición por poseer más y dominar a los demás hasta esclavizarlos con la pobreza, otra forma nueva de encadenar a las personas pues consiguen sus objetivos robando, matando, organizando guerras donde les interesa

Cuando las personas humildes presencian estas realidades piensan que el fin de los tiempos está cerca pero no comprenden que el sufrimiento no es el fin sino el comienzo de una nueva etapa en el Reino de Dios.

En nuestros días, el cristianismo sigue estando perseguido por los nuevos destructores de la convivencia, esos pensamientos totalitarios que sólo piensan en ellos y predican lo contrario de lo que practican.

En hebreos se clarifican ideas comparando el ritual que hacían los sacerdotes en el Templo, sacrificar animales para pedir por el perdón de los pecados de los fieles, con el sacrificio de Jesús en la cruz. Entre ambos hay una gran diferencia pues aquellos lo hacían a diario y no borraban los pecados de las personas pero el de Jesús solamente se hizo una vez y fue suficiente para conseguir que los pecados de los hombres de todos los tiempos fueran perdonados.

Marcos también escribió sobre el final de los tiempos y lo hizo pintando un cuadro con los elementos que se irían manifestando antes de ese día. Cuando ocurran esas señales será el momento de estar prevenidos porque el día final estará próximo y entonces veremos llegar a Jesús acompañado de su séquito celestial para reunir a las personas de todos los lugares ante su presencia.

Este anuncio se cumplirá pero no se sabe cuándo pues sólo el Padre conoce el momento y, para comprender sus palabras, el texto no hay que tomarlo en sentido literal sino figurado pues en él se nos dice que después de los signos está cerca el final pero no se anuncia para el mundo y las personas, sino el cercano de cualquier régimen destructor o de cualquier generación en un momento determinado de su historia.

Se nos recomienda tener la esperanza de que las personas de cualquier época serán capaces de interpretar correctamente los signos de los tiempos pues actuando así sí podrán cambiar la sociedad. Si trabajamos en el presente en esa línea será porque confiamos en el Padre y entonces no nos preocuparemos por el final. Para ayudar a comprender el camino deberemos recordar que siempre podremos rectificar. Como ejemplo, recordaremos que Jesús visitó el Templo acompañado de los discípulos y cuando salieron comprobó que ellos todavía no habían comprendido sus enseñanzas pues seguían enganchados en lo antiguo, es decir, en el modelo religioso que había en él aunque no se pareciera en nada a sus predicaciones pues a ellos la pomposidad del edificio los dejó fascinados pero no reflexionaron sobre las acciones negativas que allí ocurrían, aunque ya habían escuchado de Él lo que le sucedería al edificio y a las personas.

 

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