Colaboración de Paco Pérez
EL MOTOR DEL COMPORTAMIENTO
Jesús amaba a las personas y hoy es nuestro modelo
de comportamiento pues decía y hacía pero nosotros debemos cambiar porque decimos
una cosa y después hacemos otra… ¿Por qué?
Porque, al no conocerlo a fondo, no podemos comprenderlo, aunque digamos
que creemos en Él, por eso no cambiamos y continuamos sin preocuparnos del necesitado
porque seguimos abrazados a nuestro egoísmo y practicando la violencia, la
mentira, la injusticia…
Quienes conocen a Jesús lo aman de verdad, cambian de comportamiento y ayudan a los demás. El día que esto ocurre nace en nosotros la persona nueva, esa que se preocupa del prójimo en la línea que nos proponía Él.
Cuando
los discípulos recordaron las vivencias que tuvieron con Jesús, las analizaron
y comprendieron el porqué de lo que hizo. Al conocer su verdad practicaron la
justicia y dieron la cara por el prójimo, no dudaron más, recibieron el
Espíritu Santo que les había prometido, formaron comunidades donde todos eran
iguales y tuvieron unión.
Hacerlo
así fue y es bueno para la evangelización pero no será efectivo trabajando de
manera individual, rutinaria o apegados a las ideologías que crean los falsos
dioses de nuestros tiempos, esos que anulan la libertad personal, empujan a dar
la espalda a la realidad cristiana de nuestros días y ocasionan sufrimiento a
quienes los siguen al no tener cerca a alguien que los oriente o consuele cuando
les aparecen los problemas.
Juan
nos orientó sobre el verdadero amor al prójimo poniendo como ejemplo el amor
que Dios nos tiene: [Tanto nos ama que mandó a su Hijo para que muriera y, con
ese acto sublime nos salvara, a sus hermanos, de la muerte que ocasiona el pecado.].
El
Padre amó a Jesús, Él nos ama y por eso quiere que nosotros también lo amemos.
Para que este deseo del Padre se cumpla es necesario que si Jesús cumplió sus
mandamientos nosotros también debemos cumplirlos, el Padre se sentirá muy
complacido y así, lo que necesitemos, se lo pediremos a través de su Hijo y
el Padre nos lo concederá.
Pedro
acudió a casa de Cornelio porque éste lo llamó, el Espíritu Santo descendió
sobre ellos y hablaron en lenguas diferentes. A muchos les sorprendió el hecho
de que lo hiciera delante de los paganos pero la realidad fue otra, Dios derribó
así las barreras que unos hombres habían levantado contra los otros por las
razas o la religión.
Pedro
reaccionó y comprendió que Dios nos quería por igual a todos y que, si todos
habían recibido el Espíritu Santo, él no encontraba argumentos que le impidieran
bautizarlos. Cambió y nos enseñó a ser justos con el
prójimo.
¿Hemos
asimilado que no debemos rechazar a quienes no son de nuestra raza o condición
social?
No hay comentarios:
Publicar un comentario