Colaboración de José Martínez Ramírez
Si
te amé, si he vivido,
aunque
es pasado,
parece
que fue ayer.
Hoy
me veo afligido,
en
mis ojos reflejado.
Este
absurdo de lamer
la
nada y reincido
de
nuevo, tal vez, guiado
de querer vivir otra vez
el
instante de tu vestido
en
mi mano desmayado,
mientras
veíamos llover.
Si
te amé, si he vivido
por
dragones sitiado
y
dejándome, a veces, morder…
¿Todo
ha concluido?
¿De
qué sirve haber trotado
e
intentado vencer
al
vacío que ha mentido
y
te ha empujado
a
la nada una y otra vez?
¿Tiene
algún sentido
intentar
llegar tan alto
para
luego tener que caer?
Si
te amé, si he vivido,
ya
no duele el sobresalto,
clavado
como un alfiler
tu
recuerdo henchido
en
el corazón cromado
y
el alma por embellecer.
Ni
frío ni calor, vencido,
y
en mi cruz clavado,
aunque
el juez me va a absolver.
Siempre
he querido
huir
del inevitable pasado,
será
después de fallecer.
Si
te amé, si he vivido,
sobre
espinas caminando,
caminando
y padecer,
siempre
hay luz y latido,
y
muchos seres honrados
que
te van a sorprender.
Y
una sonrisa y un quejido,
en
el día de todos los santos,
que
me dio una hermosa mujer.
El
pueblo nos reúne querido,
cuando
parpadea el parpado,
siempre
hay a quien querer.
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