Colaboración
de Paco Pérez
TEXTOS
AMÓS 6, LA. 4-7
Así dice el Señor todopoderoso:
- ¡Ay de los que se fían de Sión y confían en el monte de Samaria!
Os acostáis en lechos de marfil; arrellanados en divanes, coméis carneros del rebaño y terneras del establo; canturreáis al son del arpa, inventáis, como David, instrumentos musicales; bebéis vino en copas, os ungís con perfumes exquisitos y no os doléis del desastre de José.
Pues encabezarán la cuerda de cautivos y se acabará la orgía de los disolutos.
1ª TIMOTEO 6, 11-16
- ¡Ay de los que se fían de Sión y confían en el monte de Samaria!
Os acostáis en lechos de marfil; arrellanados en divanes, coméis carneros del rebaño y terneras del establo; canturreáis al son del arpa, inventáis, como David, instrumentos musicales; bebéis vino en copas, os ungís con perfumes exquisitos y no os doléis del desastre de José.
Pues encabezarán la cuerda de cautivos y se acabará la orgía de los disolutos.
1ª TIMOTEO 6, 11-16
Hombre de Dios, practica la justicia, la piedad, la
fe, el amor, la paciencia, la delicadeza. Combate el buen combate de la fe.
Conquista la vida eterna a la que fuiste llamado, y de la que hiciste noble profesión ante muchos testigos.
En presencia de Dios, que da la vida al universo, y de Cristo Jesús, que dio testimonio ante Poncio Pilato con tan noble profesión: te insisto en que guardes el mandamiento sin mancha ni reproche, hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo, que en tiempo oportuno mostrará el bienaventurado y único Soberano, Rey de los reyes y Señor de los señores, el único poseedor de la inmortalidad, que habita en una luz inaccesible, a quien ningún hombre ha visto ni puede ver.
A él honor e imperio eterno. Amén.
Conquista la vida eterna a la que fuiste llamado, y de la que hiciste noble profesión ante muchos testigos.
En presencia de Dios, que da la vida al universo, y de Cristo Jesús, que dio testimonio ante Poncio Pilato con tan noble profesión: te insisto en que guardes el mandamiento sin mancha ni reproche, hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo, que en tiempo oportuno mostrará el bienaventurado y único Soberano, Rey de los reyes y Señor de los señores, el único poseedor de la inmortalidad, que habita en una luz inaccesible, a quien ningún hombre ha visto ni puede ver.
A él honor e imperio eterno. Amén.
LUCAS 16, 19-31
En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
- Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba espléndidamente cada día.
En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
- Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba espléndidamente cada día.
Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su
portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la
mesa del rico.
Y hasta los perros se le acercaban a lamerle las llagas.
Y hasta los perros se le acercaban a lamerle las llagas.
Sucedió que se murió el mendigo, y los ángeles lo
llevaron al seno de Abraham.
Se murió también el rico, y lo enterraron. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando los ojos, vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno, y gritó:
- Padre Abraham, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas.
Se murió también el rico, y lo enterraron. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando los ojos, vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno, y gritó:
- Padre Abraham, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas.
Pero Abraham le contestó:
- Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces.
Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que no puedan cruzar, aunque quieran, desde aquí hacia vosotros, ni puedan pasar de ahí hasta nosotros.
- Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces.
Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que no puedan cruzar, aunque quieran, desde aquí hacia vosotros, ni puedan pasar de ahí hasta nosotros.
El rico insistió:
- Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que, con su testimonio, evites que vengan también ellos a este lugar de tormento.
Abraham le dice:
- Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen.
El rico contestó:
- No, padre Abraham. Pero si un muerto va a verlos, se arrepentirán.
Abraham le dijo:
- Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aunque resucite un muerto.
REFLEXIONES - Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que, con su testimonio, evites que vengan también ellos a este lugar de tormento.
Abraham le dice:
- Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen.
El rico contestó:
- No, padre Abraham. Pero si un muerto va a verlos, se arrepentirán.
Abraham le dijo:
- Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aunque resucite un muerto.
La línea de Dios
siempre es la misma, recordar a las personas que no tenemos el mismo
posicionamiento social y que de ahí se derivan diferentes formas de vida: Aquellos
que tienen buena posición social
disfrutan de los placeres terrenales de manera incontrolada y los que, por esa
injusticia, no tienen qué comer y
dónde resguardarse del frío o del calor.
Los
del primer grupo permiten que la injusticia continúe porque ya hace tiempo que decidieron
apartar a Dios de su vida y lo
hicieron cuando eligieron confiar, de manera total, su suerte al poder terrenal
del dinero.
Jesús
nos muestra en esta parábola la cruda realidad que preside, a diario, las relaciones
humanas: desigualdad y dolor. En este ejemplo intervienen, como actores principales, la riqueza y la pobreza. La primera siempre hace todo lo que sea necesario para
aumentar sus posesiones y la segunda, como fruto de ese proceder incorrecto,
siempre se ve empujada a vivir de manera precaria y con poca o nula esperanza
de modificar la situación.
El
hombre se afana en acumular posesiones
porque sabe que el progreso por el
esfuerzo y el ahorro le permite vivir sin carencias pero no le lleva a amasar
en poco tiempo una ingente fortuna. Cuando procede así el error más grave que
comete es olvidarse de que la nueva
situación de rico conseguida no es eterna, es efímera, y que por ello le
llegará algún día el momento de la partida, igual que al indigente.
Si
el hombre sabe esta verdad… ¿Por qué
sigue cultivando el espíritu acumulador?
Jesús,
conocedor de estas realidades, nos informa de lo que nos ocurrirá cuando
tengamos comportamientos de esta índole.
Ante
este tema que se nos presenta algunos hombres se escandalizan cuando se les habla
del infierno y entonces reaccionan acusando
a la Iglesia y a sus sacerdotes de
usarlo para atemorizar a los fieles… ¿Es
cierto lo que dicen o es que no les interesa que exista el infierno? ¿Hubiera introducido Jesús en su parábola
este elemento si no existiera?
Nos
habla de él, expone lo que experimentan quienes lo visitan y nos comunica, de
manera sencilla y entendible, esa realidad. Opino que negarla es aplicar a sus
palabras el mismo tratamiento negatorio y, consecuentemente, al contenido de la
Biblia.
Apuntarnos
a la modernidad para rechazar el infierno
tal vez sea un intento de convencernos de que no existe o que nos interesa que
sea verdad su no existencia debido a que todavía no tenemos los deberes hechos.
San Pablo anima al
hombre a luchar para alcanzar la vida
eterna en el mundo que Dios creó
para él y, para conseguirlo, nos propone combatir en la dura batalla de la fe… ¿Tenemos realmente fe para luchar en esa batalla?
Nos propone hacerlo sin descanso mediante la práctica de la justicia, la piedad, el amor, la paciencia y la delicadeza.
Si somos perseverantes venceremos las tentaciones
del mundo, nuestra fe se verá
reforzada y así podremos caminar con más seguridad hacia la meta que fuimos
llamados al nacer, estar junto al Padre.
En este tránsito daremos testimonio, como hizo Jesús, y llegado el momento Él nos mostrará a quien nadie ha visto.
Ese será nuestro gran premio.
El egoísmo
ha llevado a los ricos a ser más ricos y por eso: La CRISIS económica ha sobrevenido,
se ha destrozado el CAMPO LABORAL, muchas personas caminan por las cloacas del
PARO, por ello no se pueden pagar las HIPOTECAS, se pierden las VIVIENDAS, se
especula con el PRECIO de las cosas, se SUFRE, se LLORA, hay gente DESESPERADA,
Los políticos van a NO PERDER EL SILLÓN y, como consecuencia, los POBRES son
MÁS POBRES… ¿Hay solución para el
problema?
Sí. La respuesta está en la Biblia y no se aplica… ¿Por qué?
Porque el hombre prefiere fiarse de las doctrinas
políticas y arrinconar la que emana de Dios,
la única verdadera.
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