Colaboración de Paco Pérez
Capítulo V
LA ENFERMEDAD DE MARÍA "LA GRANDE"
Cuenta
Josefita que cuando se enteraban las
vecinas de su llegada empezaban a visitarla y por eso la tertulia, cada noche,
aglutinaba a más personas.
Un verano, al poco de empezar y como suele ocurrir
siempre en la vida, todo no pintaba color de rosa porque en aquel entorno vivía
un vecino, ya fallecido, que tenían una “mala
follá” impresionante, era tan grande ésta que si se hubiera ido al mercadillo
a venderla en bolsas no se le hubieran agotado.
Éste, en vez de ir a la reunión
o permitirle a su esposa que acudiera para divertirse en la tertulia se lo
prohibía y, además, se cabreaba un montón cuando veía llegar a las vecinas y
después escuchaba sus risotadas. Su enfado fue en aumento cuando noche tras
noche presenciaba el espectáculo desde la distancia y éste llegó a su punto más
álgido cuando una noche, al verlas llegar le dijo a su mujer:
-
¡¡¡Ya están ahí las tías p_ _ _ _ esas
detrás de María!!!
Unas
horas después, cuando la reunión se fue calentando y él escuchó el jolgorio que
tenían, le susurró con gran indignación a su paciente esposa:
¡¡¡Tenía que caerles a todas un bombazo!!!
Levantemos el
telón y disfrutemos con esta señora y sus ocurrencias.
Esta
historia le ocurrió unos años antes de morir, cuando vino a Villargordo de
vacaciones para pasar el verano y estando ya muy mayor.
Un
día estaba hablando con una vecina, se notaba mal y le dijo:
-
Estoy que no puedo vivir, no aguanto más.
La
vecina le aconsejó ir al médico y ella le respondió así:
-
Dentro de unos días vienen mis hijos desde Barcelona a verme, voy a esperarlos
y entonces ya me llevarán ellos.
Efectivamente,
unos días después se hicieron presentes y ella les comunicó que se encontraba
muy mal. La hija tenía mucha amistad con el director del Hospital de Linares y lo llamó para contarle que estaba en el
pueblo y que al llegar se había encontrado a su madre muy enferma y quejándose
sin parar.
El
doctor le aconsejó que la llevaran al Centro
Hospitalario al día siguiente, que él las estaría esperando. Así lo
hicieron y una vez en él fue explorada por los doctores de los pies hasta la
cabeza, porque le realizaron un reconocimiento muy completo.
Cuando
estuvo de vuelta, Josefita la visitó
y le preguntó:
-
¿Qué dicen los doctores que tienes?
–
Vaporela – le respondió María.
-
¡¡¡Vaporela!!!
Josefita quedó
sorprendida con la respuesta recibida y volvió a preguntarle:
-
¿Qué enfermedad nueva es esa?
–
Pues yo que sé lo que es esa enfermedad. Me han dicho que es una cosa nueva y que
ahora tiene todo el mundo en los huesos.
Cuando
Josefita escuchó su respuesta le
dijo:
-
Con que “vaporela”… ¿No será osteoporosis lo que te han sacado?
-
¡¡¡Eeeeso mismo!!!
-
¿Y qué tratamiento te han mandado?
-
Inyecciones, pastillas y una pomada. Si después de tomar y ponerme estos
potingues no me mejoro me han dicho que tendrán que ponerme “frigorías”.
-
¿Frigorías? Ni que fuera tu cuerpo un
aparato de aire acondicionado… ¿No serán filtraciones?
– le preguntó Josefita.
-
¡¡¡Eso, eso, filtraciones!!!
-
Cuando se lo contó a su hijo le dijo éste:
-
Mama, cuando vuelva a Barcelona,
mando esta historia a “La Vanguardia”
para que la publiquen.
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