Colaboración de Paco Pérez
DERRIBAR LAS BARRERAS, UN PASO
Desde
el comienzo de los tiempos las personas y quienes dirigían sus destinos, políticos
o religiosos, tenían la obligación de hacerlo por el camino de la justicia. Cuando no actuaban así Dios se enfadaba con ellos, los
advertía para que cambiaran y, si continuaban haciendo lo mismo pues les
sobrevenían consecuencias, las que los llevaron a padecer las deportaciones.
El
Señor, conocedor del mal pastoreo de sus dirigentes, observaba
apenado el dolor que en ellas padecía su pueblo. Para darles esperanza envió a Jeremías y éste les comunicó que el Señor no los abandonaría y que unos nuevos dirigentes se encargarían de
retornarlos al lugar de origen.
Entre
judíos y paganos había un distanciamiento histórico que estaba presente de
manera física con el muro de piedra que separaba los patios del Templo
y a las personas de ambos grupos y sentimentalmente
porque estaban enemistados.
Con
el paso del tiempo ambas barreras fueron derrumbadas. La espiritual con la venida de Cristo
y después cuando el invasor romano
destruyó la de piedra.
Ese
fue el problema que se le planteó a
la naciente Iglesia de Cristo y Pablo, conocedor de ello, les presentó el nuevo orden: [Ya no había dos grupos enfrentados sino
uno y en él todos estaban unidos en la misma causa porque las barreras habían
sido eliminadas por Jesús.].
Después
de Cristo ya no tenían sentido los enfrentamientos por raza, cultura,
religión o cualquier otro elemento diferenciador pues la justicia universal había
sido restaurada con su derrumbamiento.
Para
que esa idea fuera conocida por las personas los apóstoles recibieron de Jesús el encargo de viajar a otros
pueblos para evangelizarlas y, al concluirla, regresaron. Cuando estuvieron
ante Él los atendió y los invitó a
retirarse hasta un lugar tranquilo a descansar, así les reconoció el esfuerzo
que habían realizado para comunicar a los demás sus enseñanzas… ¿Por qué les hizo esta propuesta?
Porque
cuando llegaban a un lugar siempre se aglutinaba la gente en torno a ellos y en
la vida hay que establecer los tiempos para descansar y trabajar, para conseguirlo
se subieron a una barca con Él.
Cuando
las personas del lugar los vieron hacerlo los reconocieron, se cundió la
noticia y fueron por tierra a su encuentro. Al desembarcar la multitud los estaba
esperando, Él se conmovió al verlos cansados
y desorientados, los acogió y comenzó a predicarles.
¿Por qué lo buscaban?
Porque
las instituciones los tenían
agobiados: Los romanos los
esclavizaban con impuestos; el judaísmo
les impuso un modelo religioso cargado de
preceptos en el que faltaba la práctica de la justicia,
el amor y el perdón y en el Templo se
marginaba a quienes no cumplían sus normas.
Como
Jesús no estaba de acuerdo con
estas prácticas lo proclamaba, las personas se sentían arropadas por Él y de ahí que lo siguieran cuando
aparecía en los lugares habitados.
En
nuestros tiempos la historia se está repitiendo y somos gobernados por quienes
sólo se preocupan de su bienestar
personal y no del colectivo.
Como consecuencia de esta realidad tenemos la economía nacional deteriorada, las leyes no se respetan, la autoridad
está perdida porque como temen perder los votos pues no aplica la ley en su
justa dimensión, los derechos humanos
no se respetan, sigue habiendo desplazamientos
masivos de personas de todas las nacionalidades…
¿Estamos trabajando para que el Reino de
Dios funcione entre las personas?
Para
empezar a andar el camino que predicó Jesús
hará falta que los hombres y mujeres comencemos a buscarlo, así lo conoceremos
mejor y, cuando llegue ese momento, entonces será cuando pondremos en práctica el
derribo de las barreras que obstaculizan la convivencia.
Participar
es bueno pero hacer una manifestación de buenas intenciones no es suficiente pues
para que haya una verdadera transformación necesitaremos realizar en nosotros un
cambio radical… ¿Estamos ilusionados con
seguir al Jesús que murió por derribar las barreras o preferimos seguir
agarrados a la tradición que sólo nos
exige acompañar una vez al año y, además, vestidos con nuestras mejores galas?
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