Colaboración de Paco Pérez
Cada
época genera sus tendencias y para
que éstas tengan seguimiento, sobre todo cuando comienzan su andadura, sólo necesitan que una persona bien
amueblada tenga una ocurrencia muy extravagante y el atrevimiento necesario
para presentarla al público. Además, al hacerlo, deberá mostrar algo diferente a lo que la sociedad está acostumbrada a ver, hacer, escuchar… Al
principio causará en el receptor sorpresa, escepticismo y muchas más cosas pero
si insiste presentando la idea, por muy loca que ésta parezca, siempre tendrá
la recompensa de que en cualquier momento aparecerá un primer seguidor y
después ya vendrán un segundo, un tercero… Con este formato tan simple la bola
seguirá dando vueltas y cada vez serán más las personas que formarán parte del
grupo de cuerdos-locos.
¿Por
qué tienen tanto éxito en nuestros días las tendencias que se originan?
Porque
quienes las crean no tienen miedo al
ridículo, al fracaso o al qué dirán los
demás de ellos. Cuando logran el respaldo popular lo único que les queda ya por
hacer es seguir alimentando la idea presentada mediante la incorporación de
nuevos elementos que justifiquen su actividad y aumenten su popularidad. Así,
con las variantes que las diferencian, es como irrumpen las tendencias en la música, la moda, los lugares de recreo o vacaciones… Éstas, siendo diferentes,
tienen en común el respaldo de una publicidad bien montada alrededor del
fenómeno creado y su decadencia natural les llegará después de un cierto tiempo
de actualidad.
En
nuestros días, una “tendencia” de
gran arraigo y auge es “El FEMINISMO”,
movimiento que pretende alcanzar la igualdad
entre las mujeres y los hombres.
Partiendo
de esa filosofía que defienden yo me pregunto… ¿Puede haber alguna persona cuerda que defienda la desigualdad entre
mujeres y hombres?
Casi
me atrevo a decir que no pero me inclino más a afirmar que son muy pocas las personas
que defenderán la desigualdad y por esta realidad os pregunto… ¿Me puede decir alguien
dónde está localizado en Jaén capital
el “Centro del Hombre”?
Yo
no lo he conseguido pero sí he encontrado el “Centro de la Mujer”, está ubicado en la calle Hurtado nº 4.
Es
posible que esa desigualdad esté motivada por la desidia que hemos mostrado los hombres
para organizarnos y movilizarnos en defensa de nuestros
derechos y como ellas fueron más decididas pues su causa encontró la respuesta adecuada
en la Administración con la
publicación en el BOJA 247 de 18/2/2007
de la “Ley de Igualdad de Género”…
¿Es culpable la Administración de la
desigualdad que hay en este campo entre hombres y mujeres?
Yo
afirmo que no, las autoridades se han hecho eco de unos planteamientos justos
que le han realizado las señoras y la ellas les ha respondido en positivo. Hasta
aquí todo discurre por la normalidad pero después, cuando logran el objetivo,
ya comienzan a desviarse las buenas intenciones y los ciudadanos les protestan en
las oficinas porque la igualdad no
se respeta por culpa de las actuaciones subjetivas de sus miembras.
Con
posterioridad, como todo necesita reformarse con el paso de los años, la Administración le ha introducido a la
Ley algunas modificaciones a ciertos artículos.
Esta realidad ha solucionado ciertos problemas pero otros no y hasta es posible
que haya despertado un sentimiento de rechazo social porque no se aplica con la
misma vara de medir en ambos géneros.
La
promulgación de esta ley es un ejemplo de la fuerza que tiene el saber crear “tendencias”, las mujeres han insistido
tanto, e insisten, en denunciar la desigualdad
de género que la sociedad se ha creído el tema porque lo están vendiendo
muy bien desde la “violencia de género”
que tanta desgracia está causando en las familias. Ésta es un hecho objetivo
pero no es todo el conjunto de la problemática pues la forma de tratar el tema no
justifica lo que están haciendo y por eso no estoy de acuerdo. No lo estoy
porque la Constitución, en su artículo XIV, dice:
[LOS ESPAÑOLES SOMOS IGUALES ANTE LA LEY SIN QUE PUEDA
HABER DISCRIMINACIÓN ALGUNA POR RAZÓN DE NACIMIENTO, OPINIÓN, SEXO,
RELIGIÓN O CUALQUIER OTRA CIRCUNSTANCIA PERSONAL O SOCIAL.].
Si
nos fijamos en este artículo comprenderemos por qué no se deben sentir discriminadas
las mujeres, pero es posible que lo estén porque rechacen: [LOS ESPAÑOLES SOMOS IGUALES…] y ellas
son españolas.
Pero… ¿Es
falsa esa proclamación?
Debe
serlo para quienes han montado esa “tendencia”
y por eso ahora hay que escribir o hablar en terminología de “igualdad”:
-
Españoles y españolas, niño y niña, abuela y abuelo…
Para
conseguir sus objetivos no tienen inconveniente en asaltar lo que haga falta
para conseguirlos. Con el “tontuneo”
lo que han hecho ha sido destrozar las más elementales reglas gramaticales que nos enseñaron cuando éramos pequeños en el colegio. Entonces se nos
decía: [Los
sustantivos que nombran a seres
animados, el masculino gramatical no sólo se emplea para referirse a los
individuos de sexo masculino, sino también para designar la clase, esto es, a
todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos.].
¿Qué dirían los viejos maestros de España si
abrieran los ojos y leyeran o escucharan estas modernidades?
Ejemplos
sencillos para entender lo que digo:
1.-
Los gatos son unos excelentes cazadores.
2.- Los
hombres primitivos vivían en cavernas.
3.- Dentro de
unos días los alumnos se graduarán.
No
hace falta mencionar a ambas formas del género porque con la forma del masculino es suficiente y no causa discriminación…
¿Por qué?
Porque
es una realidad conocida que las gatas
también cazan los ratones para comérselos; que tanto los hombres como las
mujeres se resguardaban del frío en el interior de las cavernas y que en la
fiesta de graduación no se quedan sin pergamino las alumnas.
Esta
es la función real del masculino
pero no es una utilización de la terminología para ensalzar el machismo y denigrar
al feminismo dentro de la Constitución.
Pues
a pesar de estas realidades, desde hace unos años y por intereses más políticos
que lingüísticos, se nos ha metido con calzador la obligación de escribir o
hablar ellos/as, maestros/as, arquitectos/as… ¿Por qué lo hacemos casi todos y no protestamos?
Porque
el “feminismo” ha sabido crear esta
“tendencia progresista” que califica,
a quienes no escriben o hablan como han impuesto, de “machistas” redomados y retrogrados y todo porque optan por no
seguir aplicando la norma moderna de
usar el masculino y el femenino en vez del masculino plural.
Como
la regla del estilo tradicional no ha cambiado y es correcta pues propongo que
quienes opinamos igual deberemos seguir con nuestro estilo tradicional-reglado, el correcto, para que no se pierda; para que
sea “TENDENCIA”, desde ya, entre los
que estamos dispuestos a no tener miedo a que nos tilden de “machistas” y, sobre todo, para que no
nos hagan cambiar quienes sólo están sustentados en otra tendencia… ¡La de sentirse orgullosos de “ser progresistas”!
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