Colaboración de Paco Pérez
SU BELLEZA ADORNA AHORA NUESTRO ENTORNO
Llevo años fotografiando la belleza de las amapolas que nacen en los primeros
días de primavera en nuestros campos sin haber sido cultivadas por los hombres y,
la verdad, nunca había reparado en las curiosidades que pueden ofrecernos cuando
nos acercamos hasta ellas sin la prisa que solemos mostrar cuando salimos de
casa a diario, así es como lo estoy haciendo este año.
Al
principio había pocos ejemplares y las que encontraba se mostraban diseminadas pero
podía observarlas desde la distancia con facilidad por su inconfundible y bello
color rojo, ilusionado me encaminaba hacia ellas y ya sólo me preocupaba de
grabarlas. Cuando daba por concluida la sesión cerraba la cámara, iniciaba el
camino inverso y, al llegar a casa, las descargaba, las clasificaba y, con
avidez, las observaba en la pantalla del ordenador.
Después
de darles una pasada rápida repetía la operación, ponía la criba con los
aliviaderos más pequeños y movía a hasta la papelera a las que no reunían el
grado de excelencia deseado, la culpa de su poca calidad la tenían la luz que
había y el viento que soplaba en esos momentos pues al obtenerlas con ese
baile intermitente y el exceso luminoso las estropeaba.
Todos
sabemos que la luz es muy necesaria, también para la fotografía, pero la
de la mañana es muy intensa y hay que manejarla acertadamente para que el
exceso que nos ofrece la Naturaleza a esas horas en el campo no actúe como
elemento entorpecedor, la grabación debemos hacerla con las condiciones adecuadas
de luz y sin viento. Realicé muchas tomas y así pude obtener unas
pocas con calidad óptima. La luz podemos controlarla algo con la cámara pero
con el viento lo único que podemos hacer antes de disparar es esperar a que amaine
para que la escena elegida no se mueva.
El
día que amaneció nublado comprobé que todos los elementos eran positivos y como
hacía unas fechas que no había salido pues comprobé que las plantas se habían
desarrollado mucho y la floración era abundante.
Cuando
grababa en el pasado las amapolas sólo me preocupaba de observar su
belleza y la que ofrecían insertadas con otras de su entorno pero nunca reparé
en que la imagen que ofrecían era diferente. Este año sí lo he hecho y he
comprobado las variedades de “amapola roja” que hay en nuestro
entorno, conocida científicamente como “Papaver
rhoeas” y perteneciente a la familia de las “Papaveráceas”.
Veamos esta variedad:
La
“amapola morada” es conocida como “Papaver
rhoeas”, pertenece a la familia de las “Papaveráceas” y se conoce
como “Roemeria hybrida”.
Por esta investigación conocí que la “amapola rosa” científicamente también se llama “Papaver rhoeas”, pertenece a la familia de las “Papaveráceas”, es conocida también como “Hibiscus rosa-sinesis”, “Rosa de China” y otros más.
En
Nerja, el “Hibiscus” está muy introducido como planta de jardín y
como tengo de esa flor infinidad de fotos pues entré en el archivo de 2014 y en
él la localicé pero para mayor sorpresa también encontré fotos de la “amapola
rosa” o “Papaver rhoeas”.
Si la amapola ha sido el motivo de este trabajo pues es justo que no nos falte de nada y aprovechar la ocasión para recordar a D. José María Lacalle, el señor que escribió la letra de la canción “AMAPOLA”, la registró como su autor en 1924, fue grabada por primera vez en 1925 y la interpretó D. Miguel Fleta, un tenor español. Después la han cantado y grabado muchos intérpretes de fama mundial con los arreglos adecuados para los registros interpretativos de cada uno de ellos.
LETRA
Amapola, lindísima amapola
será siempre mi alma, tuya sóla
yo te quiero, amada niña mía
igual que ama la flor la luz del día.
Amapola, lindísima amapola
no seas tan ingrata y ámame
amapola, amapola
¿Cómo puedes tú vivir tan sola?
Yo te quiero, amada niña mía
igual que ama la flor la luz del día.
Amapola, lindísima amapola
no seas tan ingrata y ámame
amapola, amapola
¿Cómo puedes tú vivir tan sola?
Maravilloso!!!
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