Colaboración de Paco Pérez
D. ISAAC TENEDOR OLIVARES
Fue
un sacerdote que, al jubilarse, vino a vivir a Villargordo porque aquí residía la hija de un hermano, Dª Teresa Tenedor Teruel, y ella lo
atendió hasta el final de su vida.
Ángel reside en Jaén, donde ejerció como maestro hasta su jubilación y los otros dos ya fallecieron.
En
conversación telefónica mantenida con él hablamos de D. Isaac, me comentó que murió el 1 de diciembre de 1957, con más
de ochenta años, y que está enterrado con sus abuelos maternos en el Cementerio de nuestro pueblo.
Estuvo
de párroco en Hornos de Segura (Jaén), y fue destinado a esa parroquia porque
ganó la oposición y esa circunstancia le hizo ejercer allí hasta su jubilación.
Después estuvo ayudando, durante un corto periodo de tiempo, como sacerdote agregado en la parroquia de Santa María de Atocha, en Madrid. Esta labor la realizó por la
amistad que tenía con el obispo que en aquellos años había en la capital. También
fue confesor de San Pedro Poveda, el
fundador de las Teresianas, un cura
de Linares que fue asesinado durante
la Guerra Civil.
Recuerda
Ángel que cuando D. Isaac se vino al pueblo su madre le
acondicionó una habitación que él utilizaba como dormitorio y capilla,
donde el anciano sacerdote decía misa y él le ayudaba como monaguillo. También
le ayudaba en la parroquia cuando él sustituía al sacerdote porque algún
domingo no podía, eran los años en los que los acólitos tenían que responder al
sacerdote en latín.
Yo
tenía muy pocos años cuando él iba a
nuestra parroquia para oficiar la Eucaristía
pero guardo de él dos imágenes imborrables. En una lo recuerdo ataviado con la
tradicional sotana y cogido del brazo de una señora, me imagino que sería doña Teresa, mientras caminaba por la plaza
de la Iglesia dirigiéndose al templo parroquial y la otra en el altar mayor oficiando
la misa, cuando el sacerdote y los acólitos estaban de espaldas a los fieles.
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