miércoles, 10 de julio de 2013

EDUCACIÓN EN VALORES


Colaboración de Loli Elvira Robles

SOLIDARIDAD se escribe con mayúsculas en Villargordo.
A mi entender, la solidaridad comienza cuando se extiende una mano a alguien sin esperar nada a cambio.
Pues bien, en la época que nos ha tocado vivir, donde la economía no nos deja hacer todo lo que quisiéramos, hablar de solidaridad podría parecer una utopía pero éste, nuestro pueblo, rompe la norma y se sale por la tangente para echar una mano a esos tantos que la necesitan.
Un lunes, antes de acabar el curso, me presenté allí, como cada día, para acompañar a mis hijas. Me encontré con una profesora,   la de religión, y me habló de solidaridad. Pensaba organizar un mercadillo con el que recaudar fondos para algún fin benéfico, así sensibilizaría a los niños y les enseñaría valores que a menudo quedan olvidados.
Pues bien, unas fechas después así se hizo. Los alumnos/as donaron numerosas pertenencias, de lo más variopintas. Al mismo tiempo fueron creando y vendiendo piruletas con gominolas. La involucración de los niños fue sorprendente, así como la participación por parte del profesorado, madres y padres.
La recaudación fue todo un éxito y se lograron todos los propósitos. El dinero obtenido se entregó a dos organizaciones sin ánimo de lucro. 
¡Teresa, meta conseguida!   

 

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