Colaboración de Jacinto Cobo
Capítulo I
De
todos es conocido el anuncio de la subida
que va a experimentar nuestro recibo de la luz desde el 2014.
Lo
curioso de la noticia es que el Gobierno
también se ha sorprendido del incremento tan fuerte que va a sufrir el servicio
y, para que se entienda mejor cómo funciona el sistema eléctrico, vamos a intentar explicar, en varios capítulos,
de qué manera se cocina esta sorpresa…
¿Nos la creemos?
Con
la producción y venta de la electricidad
no pasa lo mismo que con la cría y venta de borregos en Almenara
porque los animales pertenecen a un ganadero
y éste se entiende de manera directa con un
comprador.
Con
la electricidad no ocurre igual porque hay diferentes
formas de producirla, diferentes
dueños que venden, diferentes precios
que se fijan según unas variables que ahora se explicarán y un único comprador… ¡El español zurritonto que ya no sabe de dónde va a sacar más dinero
para pagar unas necesidades que van en razón inversa a su economía familiar!
1.-
Los costes del sistema
Los
costes del sistema, como en cualquier otro, se dividen en fijos y variables. En el
sector eléctrico es muy difícil separar los fijos de los variables, y además,
existe un riesgo político importante, ya que si los costes variables son muy
bajos respecto a los fijos, se fomenta el despilfarro energético ya que no
resulta rentable invertir en eficiencia energética.
En
una central nuclear, por ejemplo, se
podría considerar que todos sus costes son fijos, ya que trabaja siempre al
100% de carga, pero también se podría considerar que sus costes son todos
variables ya que al ser su producción anual fija y predecible, es muy sencillo
determinar cuál es el coste de producción por KW·h.
Lo
lógico sería pensar que si se suman
todos los costes fijos del sistema, y se calcula la demanda previsible anual,
añadiendo lo que cuesta producir esa demanda, y añadiendo los márgenes para los
operadores, se podría calcular fácilmente cual sería el coste del KW·h.
Sin
embargo, el sistema no funciona así.
Los costes se separan en fijos y
variables, y los ingresos provienen
de una factura que tiene un término de
potencia (término fijo) y un término
de energía (término variable).
En
principio, la suma de unos y de otros debería ser igual, pero nos encontramos
que la suma de los costes es superior a la de ingresos, y que esa diferencia
genera el Déficit de Tarifa.
¿Es
eso cierto? ¿Es posible que en un sistema similar al de otros países del
entorno nuestro sistema eléctrico sea más caro y deficitario?
Lo es, pero porque está mal regulado.
Y
la trampa aparece en el término variable de la energía. A pesar
de que el RDL 9/2013 habla de sobre retribuciones
a las energías renovables pero obvia o pasa por alto las sobre retribuciones que reciben las energías convencionales.
Explicado
en pocas palabras. A las eléctricas se les ha reconocido gran parte de sus
costes como costes fijos. El adelgazar de costes las centrales de producción
hace que los costes fijos del sistema aumenten.
En
los costes variables aparecen los costes de producción a los que se suman otro
tipo de costes variables, y la parte de costes fijos que no se puede cubrir con
el término de potencia que se cobra a los usuarios mediante el término de
energía.
Los
costes de producción se obtienen del “pool
eléctrico”, que es la subasta
energética diaria, y ahí es donde se esconde la trampa de las eléctricas.
2.-
Funcionamiento del “pool”
El
“pool” o “subasta eléctrica” determina cuál va a ser la demanda horaria que
va a haber diariamente.
Cada
hora los diversos agentes de producción pujan por sus centrales, ofreciendo la
energía a un precio determinado. El paquete de renovables entra si o si, a no ser que REE determine que en determinadas redes no puede entrar ese día
energía y paralice principalmente parques
eólicos.
La
energía nuclear y la del carbón se aseguran que entrarán al 100
% de carga, pujando a un coste 0.
Las
eléctricas deciden si algún embalse debe entrar, pujando a un
precio relativamente bajo (hasta 30 €/MW·h los más caros) y posteriormente
entra el gas de los ciclos
combinados. Éstos entran a 50 €/MW·h los más desesperados hasta 70 €/MW·h los
de las eléctricas, e incluso más en épocas donde el gas está caro.
Pues
bien, una vez que se ha sumado horariamente cual es la energía que aporta la
nuclear y el carbón, y la predicción de las renovables, empieza a entrar el
gas, a las pujas que se han hecho, hasta alcanzar la oferta en energía a la
demanda prevista.
Entonces
se para el precio de la puja, y se ve a qué precio ha entrado el último
pujante, que generalmente es gas, que entra entre 50 y 70 €/MW·h. Y a ese
precio recibirán todas las tecnologías su retribución.
Las
renovables recibirán un complemento
en forma de prima, o directamente una tarifa fija independientemente del “pool”, en función de la energía
aportada al sistema.
Las
fuentes convencionales (nucleares y
carbón) de energía han adelgazado convenientemente sus costes fijos,
y los costes variables que declaran son muy bajos, por lo que la retribución
que reciben en el “pool” cuando está
a la media de 55 €/MW·h ronda el 350% de margen comercial en el caso de las nucleares o del 200% en el caso de las
de carbón, muy alejadas por lo que
se ve del 7'5% de retribución razonable para las renovables que pregona el RDL
9/2013.
También
es cierto que esto no se da las 24 h del día, sino en las puntas. Ya hemos
mencionado antes que hay 24.000 MW de potencia que se cubren en horas valle, y que esa potencia la
cubren entre las nucleares, las renovables y el carbón, mientras que la fotovoltaica
y el gas cubren las puntas.
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