Colaboración de José Carlos Castellano
En estos días de enorme ilusión,
deseos de paz, prosperidad y amor
la lotería es una gran pasión,
casi nadie hay sin una participación.
El día del sorteo, nos llega el sopor,
los niños cantan números y premios,
y mi número sin salir del tambor,
con ésta espera… ¡Joder, qué gran calor!
Me canso, veré la lista de premios,
al otro día, no están mis números.
¡Será posible, otro año con apremios!
Esto no lo remedia ni los gremios.
Después de echados muchos números,
para ver si, así, veo y toco el metal vil,
me he asociado al “Teorema de Cambil”...
La mejor lotería es la del “tocinillo”:
Ahorrar, trabajar mucho y comer poquillo.
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