Colaboración de Paco Pérez
TEXTOS
ISAÍAS 11,1-11
Aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé, y de su
raíz florecerá un vástago.
Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de
prudencia y sabiduría, espíritu de consejo y valentía, espíritu de ciencia y
temor del Señor. Le inspirará el temor del Señor.
No juzgará por apariencias ni sentenciará sólo de oídas;
juzgará a los pobres con justicia, con rectitud a los desamparados.
Herirá al violento con la vara de su boca, y al malvado con
el aliento de sus labios.
La justicia será cinturón de sus lomos, y la lealtad,
cinturón de sus caderas.
Habitará el lobo con el cordero, la pantera se tumbará con
el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos: un muchacho pequeño los
pastorea.
La vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán juntas; el
león comerá paja con el buey. El niño jugará en la hura del áspid, la criatura
meterá la mano en el escondrijo de la serpiente.
No harán daño ni estrago por todo mi monte santo: porque
está lleno el país de ciencia del Señor, como las aguas colman el mar. Aquel
día, la raíz de Jesé se erguirá como enseña de los pueblos: la buscarán los
gentiles, y será gloriosa su morada.
ROMANOS
15,4-9
Hermanos:
Todas las antiguas Escrituras se escribieron para enseñanza
nuestra, de modo que entre nuestra paciencia y el consuelo que dan las
Escrituras mantengamos la esperanza.
Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, os conceda
estar de acuerdo entre vosotros, según Jesucristo, para que unánimes, a una
voz, alabéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
En una palabra, acogeos mutuamente, como Cristo os acogió
para gloria de Dios. Quiero decir con esto que Cristo se hizo servidor de los
judíos para probar la fidelidad de Dios, cumpliendo las promesas hechas a los
patriarcas; y, por otra parte, acoge a los gentiles para que alaben a Dios por
su misericordia. Así, dice la Escritura: Te alabaré en medio de los gentiles y
cantaré a tu nombre.
MATEO 3,1-12
Por aquellos días aparece Juan Bautista, proclamando en el desierto de
Judea: Convertíos porque está cerca el Reino de los Cielos.
Este es el que anunció el profeta Isaías diciendo:
Una voz grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus
sendas.
Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una
correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea
y del valle del Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán
Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los
bautizara, les dijo:
- ¡Camada de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del
castigo inminente?
Dad el fruto que pide la conversión. Y no os hagáis
ilusiones, pensando: "Abraham es nuestro padre", pues os digo que
Dios es capaz de sacar hijos de Abraham de estas piedras.
Ya toca el hacha la base de los árboles, y el árbol que no
da buen fruto será talado y echado al fuego.
Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que
viene detrás de mí puede más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias.
Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Él tiene el
bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará
la paja en una hoguera que no se apaga.
REFLEXIONES
Isaías ya anunció al
pueblo el nacimiento de Jesús y resaltó
las cualidades que adornarían su caminar
por esta vida. De todas las que anunció me ha impactado de manera especial,
por su actualidad, ésta: [No juzgará por
apariencias ni sentenciará sólo de oídas.]
¿Por qué he tenido esta predilección?
Porque
estoy cansado de tener que soportar una convivencia social en la que hablar de
los demás es hoy la norma, sea verdad o mentira, y donde nadie pone freno a
este proceder.
¿Podrán dormir bien estas personas después
de todos los comentarios que hacen sobre el prójimo?
Supongo
que, los que proceden así en los medios, el somnífero del dinero les amagará la
voz de sus conciencias. En nuestros ambientes pueblerinos la razón para hacerlo
cambia y, supongo, que se deberá a no haber tenido una aceptable conciencia
cristiana y de ahí que tirarse al monte les resulte tan entretenido.
¿Hemos valorado el daño tan tremendo que
están causando a la moral colectiva quienes proceden así?
El
hábito de hacerlo nos está acostumbrando a ver como normal que se hable de los
demás. Quienes actúan así se justifican diciendo que cuentan verdades y que por
esa razón no es malo.
La
realidad es que no queremos aceptar que todos tenemos derecho a la presunción
de inocencia o a vivir con la cruz de nuestras miserias en intimidad y no
espolvoreadas con un ventilador.
También
me ha impresionado el anuncio de las armas que usaría para tratar a las
personas: Justicia, lealtad, prudencia,
sabiduría, consejo, valentía, ciencia y TEMOR del SEÑOR.
¿Podríamos equivocarnos si lográramos
caminar guiados por ellas, incluidos quienes ejercen el poder político?
Si
algún día nos guiáramos por ellas el conjunto de los seres vivos de la Creación se comportaría de manera ideal
y viviríamos en el lugar idílico de los primeros tiempos.
Todas
estas cosas ocurren porque los cristianos, la mayoría, todavía no hemos
saboreado el alimento espiritual que encontramos en la Biblia al leerla y de ahí viene nuestro errante caminar en el
comportamiento que tenemos con el prójimo. San
Pablo nos habla de que para aprender
hay que ir a ella porque con nuestra paciencia
y el consuelo
que nos da su lectura lograremos mantener la
esperanza.
Cristo, con su ejemplo, nos enseña hoy dos cosas:
1.- Que sirvió
a los judíos como prueba de la fidelidad de Dios, de esa manera cumplió ÉL
las promesas que el Padre hizo a los
patriarcas.
2.- Que acogió a los gentiles para que, por nuestro
ejemplo, ellos alaben a Dios por su gran misericordia.
Juan el Bautista fue un modelo de vida
para el hombre religioso de todos los tiempos porque enseñó cómo proceden
quienes realmente creen en Dios, él
se apartó de la paja del mundo y adoptó un modelo de vida ejemplar. Era austero, predicaba el mensaje
sin medias tintas, proclamaba vivir practicando la justicia, denunciaba la
corrupción de las costumbres, el pisoteo de las leyes y nos dejó muy claro el
itinerario de vida a los creyentes:
1.- Conversión.
La forma de hacerlo nos la muestra cuando interpela a los fariseos y saduceos que
se le acercan… ¿Los engañó con un
mensaje blando abriéndoles las puertas de la esperanza o les plantó cara y les mostró
el itinerario duro que debían cumplir?
¿El camino que
recorre Juan el Bautista es el mismo que siguen quienes se suben todos los días
a un púlpito o son mayoría los que prefieren no señalar a quienes nos tienen la
vida complicada para que el personal no se les enfade y sigan acudiendo a los templos?
2.- Bautismo.
Una persona debería pedirlo, como en el evangelio, cuando por su edad esté
convertida de verdad y entonces se acercaría a recibirlo porque cree de verdad.
Así es como yo entiendo que se debería impartir… ¿Lo hemos recibido, hasta hoy, cumpliendo estas condiciones?
3.- Testimonio.
Hubo un tiempo en el que dar testimonio de Jesús
era castigado por los gobernantes de turno y, a pesar de ello, quienes creían
de verdad preferían morir antes que negarlo… ¿Nos atrevemos a dar testimonio en estos tiempos o a predicar la
JUSTICIA que emana del evangelio? ¿Resistiríamos
los católicos de misas y procesiones la prueba de una persecución religiosa en
nuestros tiempos?
María, nos diste un
gran ejemplo de fe al aceptar la
propuesta que Dios te hizo para que concibieras
a Jesús. Supongo que no te
resultaría fácil decir sí pues todavía no estabas casada y tú sabías muy bien
que esa nueva situación que te tocaría vivir era muy complicada para cualquier
mujer de tu tiempo. Confiaste en el Padre
y le diste el consentimiento, recibiste el premio de la comprensión de José y ser la madre de Jesús, regalaste a la humanidad su
nacimiento y, unos años después, con su muerte Él nos salvó del pecado… ¡¡¡Gracias, María!!!
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