lunes, 17 de marzo de 2014

TIRADA DE TEJOS, CATASTRÓFICA, A UNA DAMA

Colaboración de José Martínez Ramírez

Los hechos que inspiraron esta historia de amor, no correspondida, ocurrieron en Villargordo, siendo el año del Señor 1982.


Eres como una bocanada de viento
cuando me falta el aliento para seguir.
Tormenta que diluye, por fuerte aguaviento,
la sal que la vida, pendiente de consumir,
me ha puesto en la boca que yo detento.

Una mirada sola que puede conseguir
que nazca toda una vida. Quiero lento,
el beso que aquella tarde, yo te ofrecí.
Si te digo que aún te quiero, no miento.
Así que te entrego lo poco que hay en mí.

Y espero que acabes con este mi tormento.
Mas si decides que vuelva donde nací,
piensa en los jamones que tengo, por ciento,
colgados en la alacena y no es baladí
que, cuando le hinco el diente, pienso.

Si por algún motivo no quieres venir,
te comportas como un puro jumento.
Pegan las lonchas en la boca al coincidir,
con la uva tinta de la Ribera del Duero.
Anda, pasa con dos copas y hazlo por ti.

                    ELLA

Estoy pasando más que un nazareno.
Si crees que por comer jamón me voy a vestir,
de blanco. Antes que el “Capitán Trueno”,
me lleve a Almenara en brazos y, una vez allí,
me vuelva arrastrando envuelta en cieno.

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