Colaboración de José Martínez Ramírez
Pienso
que es absurdo preguntarse a estas alturas si se repite la historia. Cómo no se
va a repetir, lo original sólo está al alcance de unas cuantas mentes
privilegiadas y a los ejemplos me remito.
Sobre
esta repetida frase de “las cosas
siempre se hicieron así”, relacionado con el experimento de los monos que
publicó en su día D. Ramiro o sobre
el banco de ese recinto militar de D.
José Carlos, se puede leer en la pagina 177 de la última edición de bolsillo de “La casa de los espíritus”, de Isabel
Allende, lo siguiente:
[Pedro Tercero tuvo que renunciar a sus
paseos al pueblo, porque su padre lo requería a su lado. Lo secundaba de mal
humor, haciéndole notar que se partían el lomo por volver a poner en pie la
riqueza del Patrón, pero que ellos seguían
siendo tan pobres como antes.
-
SIEMPRE HA SIDO ASÍ, HIJO. Usted no
puede cambiar la ley de Dios- le replicaba su Padre. Y le echaba la culpa a
Dios; como en las cruzadas, la inquisición etc.]
Este
libro es de 1982 y estoy seguro de haber leído esta misma frase en otros textos
más antiguos, también en alguna canción.
Cela, refiriéndose
al amor, decía que era algo así como una perturbación transitoria de la mente
humana.
Yo
digo que es una injusticia más. Una
obstrucción al normal transito de la vida del ser humano. Pero es que,
infinidad de comportamientos humanos
están relacionados con la injusticia, y éstos tienden a repetirse una y otra
vez.
Los
rusos trincan ese territorio de Crimea porque les sale de los cojones. Porque
habrá alguna riqueza mineral que les interesa o bien estratégica.
Hitler lo llamaba espacio vital.
Los
niños mayores que mis amigos y el
que suscribe, hace unos años, se presentaban en la era del “pollero” y nos decían:
–
Fuera que ahora jugamos nosotros y, además, lo hacían con mi balón.
¿Quién no ha sufrido semejante atropello,
por la fuerza, en sus carnes?
De
pronto, amparándose en la fuerza, muestran la versión más vil y cobarde del ser
humano para que hagamos lo que ellos quieren, y la emplean con niños, mujeres y personas desvalidas
o con inferioridad numérica, esa es su valentía.
La
frase de “las cosas siempre se hicieron
así” también la emplearán en infinidad de lugares: Concejalías de
urbanismo, ministerios y hogares.
De
engaños entre hermanos y amigos, de corrupción, de estafas y de “hijos de la gran puta” no deseo hablar porque
hoy voy de jolgorio y quiero estar gracioso.
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