lunes, 13 de octubre de 2014

LA JUVENTUD PERDIDA

Colaboración de José Carlos Castellano
  
Andando con donaire y vivarachas,
con el cuerpo: firme, duro y entallado.
Te dejan: pensante, ausente y callado.
Tu hermano se pone tierno cual gachas.

Cada vez que ves jóvenes muchachas,
con esas delanteras y traseras.
A tu hermanillo le entran las lloreras,
no alza, enfadado, al pensar en sus cachas.

Después que la juventud ha volado,
comienzan a aparecer los achaques
y se ha perdido el vigor del pasado.

A tu hermano le dices, no te ataques,
que pensar comer tan dulce bocado
no son más que muy enormes disparates.

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