Colaboración
de Paco Pérez
Capítulo I
Hace
ya unos meses que me remitió Paco Tirado
Moral un texto que decía: [Los personajes
de la foto son: Una familia del pueblo, a la que no conozco, mis padres y yo.
Sé que fue tomada en una boda que se
celebró en un local que había entonces junto al “Paseo”.]
Con
él me adjuntaba esta foto:
Cuando
la observé identifiqué de inmediato a la familia que él no conocía: Fernando Almagro Tirado “Serranete”, Brígida García Melguizo y sus hijas Justa y Juanita Almagro García.
Así
quedó la foto una vez identificados sus personajes:
Como
Justa y Sebastián García Moral, su esposo, han fijado su residencia en la
casa paterna de Villargordo pues un día los visité, les mostré la foto en el móvil
y entonces me comentó ella que también la tenía y me informó de que fue
realizada en la boda de Isabel “La chinda” y Alfonso “Paratrenes”.
También me dijo que su padre y el de Paco
Tirado eran primos, de ahí que estuvieran las dos familias juntas en el “refresco”, así es como se le llamaba en
aquellos años a la fiesta que había después del acto religioso.
Un
tiempo después me encontré en la cafetería con uno de los hijos de Isabel y le comenté los hechos, tomó el
móvil, la llamó y hablamos. Así fue como pude averiguar que esa foto fue tomada
el día 19 de agosto de 1963.
En
el aquel mismo e-mail Paco Tirado me
comunicó otra noticia, guardaba relación con el pasado reciente de nuestro
pueblo y de sus gentes, personas que tuvieron que emigrar a Cataluña debido a
la penuria económica que estaban padeciendo. Escribió Paco: [Recuerdo que un día, hace muchos años, iba
paseando con mi padre por la Plaza de Cataluña, en Barcelona. Nos acercamos a
un mendigo que mantenía un porte más que digno, pese a su triste situación; mi
padre se dirigió a él por su nombre (no lo recuerdo, sólo sé que le apodaba
"el Ruso") y se reconocieron al instante.
Después de un
primer momento de confusión, ambos comenzaron a rememorar viejos tiempos: el
citado mendigo era de Villargordo y había viajado en su juventud por toda
Europa, hasta que ya anciano había acabado en la indigencia.
Algunos años
después, ya trabajaba yo en el Paseo de Gracia de Barcelona, en una importante
Entidad Financiera, cuando tuve la ocasión de volverlo a ver varias veces
y siempre fue en el mismo lugar, en el Paseo de Gracia, esquina con Plaza de
Cataluña. Sin identificarme y sin decirle nada, deposité una limosna en
sus manos y seguí mi camino, dejándolo con su imperturbable porte altivo.].
Yo
no había oído hablar nunca de este señor, la primera vez fue cuando leí el
breve relato de Paco y entonces
decidí investigarlo para averiguar algunas cosas de su vida en sus orígenes y
para conocer los hechos más relevantes que pudo protagonizar mientras residió
en Villargordo.
Sin
salir de casa y al acabar de leer la noticia, al primero que pregunté por él
fue al tío de mi esposa, Antonio López
Cañas:
-
Tito… ¿Tú conociste a un muchacho que vivió en el pueblo, hace ya muchos años,
y se marchó a Cataluña, le apodaban el “Ruso”?
Me
dijo que no recordaba nada y se marchó a su habitación. Debió seguir dándole
vueltas al recuerdo porque un rato después regresó y entonces me dijo:
-
Sí, en el pueblo vivió un muchacho que se apodaba el “Ruso con fuerza” y vivía en la calle Tercia.
Esa
noticia me abrió de par en par las puertas de la exploración pues de inmediato pensé
que, para obtener noticias de él, debería hablar con Mariano Morcillo por su edad y, sobre todo, porque vive en esa
calle. Una mañana decidí ir a su encuentro para comenzar la investigación de la
noticia y para ello me fui preparado de la cámara, del cuaderno de notas y del
bolígrafo.
Entré
en la cafetería con Mari para cumplir con el ritual diario del café de las once
y al regresar a casa observé que estaban los abuelos tomando el sol en los
bancos, le comenté lo que iba a hacer, ella decidió no quedarse y yo me senté
en el banco con ellos.
Les
planteé de inmediato el motivo de mi parada y Mariano comenzó a suministrar información, los otros también
entraron en la dinámica con algunos detalles y, como por arte de magia, se
presentó Antonio Navarro “El de la gasolinera” y entonces resultó
que éste vivió con nuestro personaje y otros niños unas bonitas historias de
travesuras infantiles. En esta conversación también se descubrieron algunos
datos sobre sus raíces familiares y dónde vivieron.
Un
tiempo después me abordaron por la calle dos ancianos, Juan Antonio Molina Lorente “El
blanco el toloveo” y su esposa, María
López García. Este encuentro no fue
una casualidad, estuvo motivado por el seguimiento que las publicaciones de las
otras fotos han generado entre quienes viven en el pueblo y quienes están
fuera. Me habló de que le emocionó mucho el ver a su padre y a los otros
familiares en la foto de los “Juan López”.
Este encuentro sirvió para que les hablara de la investigación que estaba
haciendo sobre “El ruso” y entonces
me hablaron de que buscarían algunas fotos del pasado, pues era de su familia.
Unos días después me entregaron una foto de Juan Antonio y de Juan,
el hermano de nuestro personaje, haciendo el “Servicio Militar” en la Islas
Canarias. Así pude añadir algo más al relato para, desde la distancia,
conseguir que la existencia de nuestro amigo no quede en el olvido.
La
foto que Juan Antonio y su esposa me
entregaron es una reliquia y, una vez escaneada la joya fotográfica, se la
devolví.
Unas
fechas después se la mandé a Ramón Jiménez Fernández por el correo
electrónico para que la retocara y la dejó bastante transformada. Veamos cómo
quedó:
La
llevé a una máquina de revelado y les regalé una copia de tamaño más grande. Al
recibirla tan transformada no la reconocieron y después quedaron maravillados
con ella.
Cuando
salieron del estado de felicidad que les causó la foto me dijeron:
-
Paco debes visitar a Juan Valero “El sastre de Pedro hermoso” porque él
te va a dar información y unas fotografías de su pariente el “Ruso”.
Efectivamente,
una mañana visité a Juan, me comentó
que estuvo con él y me dio las fotos que su hijo tomó sin que él se percatara
de ello.
Por
Mariano supe que este señor era
familiar de Ana y Carolina Fernández, también que la casa familiar de Carolina y José Angulo “El
manchego” fue comprada a los padres del “Ruso” cuando se marcharon a Barcelona. De esa conversación también
resultó su familiaridad con Francisca
Almagro Cañas “La tita Paca”,
siendo las madres de ellos hermanas y ambos primos hermanos.
Como
no dejo las cosas dormir pues a todos los conocidos les informaba de lo que
traía entre manos, por eso a mi buen amigo Santiago
López Pérez también le hablé de mis inquietudes y un día me mandó en un
e-mail esta curiosa información: [Ha
dado la casualidad que hace un rato nos ha telefoneado Gregoria, una
señora que junto con su madre vino huyendo de la Guerra Civil, cuyo frente
estaba en Porcuna, de donde eran originarias, y se instalaron en la casa de mis
abuelos, en Villargordo, por lo que mi madre y ella se criaron juntas
desde niñas, reconociéndose prácticamente como hermanas.
Gregoria tiene una memoria prodigiosa y recuerda infinidad de historias de las
gentes de nuestro pueblo. Le he preguntado por el “Ruso” y me ha
dicho que claro que se acordaba de él.].
Aquí
han estado mis fuentes de información y ahora voy a intentar hilvanar, lo mejor
que pueda, unas breves pinceladas de su vida, en Villargordo y en Barcelona.
Soy Juana Melguizo Ruiz, prima hermana de Cristóbal al que conoceis como el ruso y al que la familia llamamos Tobalico si quereis saber mas acerca de él podeis contactar con migo .
ResponderEliminarjmlaparrala@gmail.com