Colaboración de José Carlos Castellano
Todo
olivar que se precie
ha
de tener su higuera.
Así,
de esta guisa o manera,
variarás
toda la especie.
En
monte, llano o ladera
romperá
la monotonía
y
dará compañía
a
su querida olivera.
Da
por año dos cosechas:
Por
San Juan brevas comerás
y
en agosto higos verás.
Si
el tiempo viene en derechas.
Si
la climatología
por
izquierdas viniera,
breva
e higo no tuviera
y
parábola o alegoría
de
Jesús cierta sería.
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