Colaboración de José Martínez Ramírez
Viajé
ayer en trenes de tristeza
abriendo
muchos caminos y veredas,
he
soportado la ausencia,
me
ha ninguneado la vida
escupiendo
en la cara, a la salida
de
varios corazones de bajeza,
y
por eso sé que eres perfecta.
No
llamé a tu amor ni a tus caricias.
No
busqué en tus labios ni en tus puertas.
No
busqué tu zapato de Alicia,
ni
eché serenatas en tu cancela,
tampoco
preguntaste por mi vida
y
por eso sé que eres perfecta.
Dices
algunas veces que no eres perfecta,
vienes
y vas, subes o bajas al clímax
cuando
te da la gana. Enciendes la vela
o
la apagas, sé que eres mi amiga
y
por eso sé que eres perfecta.
Respiras
profundo, te veo subida
al
tobogán de tu latido en mi acera,
te
compartes sin tapujos en mi vida
y
por eso sé que eres perfecta.
No
buscas ni contrato ni firma,
ni
guardas para mañana tus días
y
por eso sé que eres perfecta.
Todos
echan de menos tu sonrisa
y
por eso sé que eres perfecta.
Por
eso sé que es imposible ser más perfecta.
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