Colaboración de José Martínez Ramírez
Nadie deseaba que te ocurriera pero,
desgraciadamente, se confirmaron nuestros temores… ¡Descansa en paz!
PECES DE CRISTAL
¿Hacia
dónde miran tus peces de cristal?
La
piel de tu madre los echa de menos,
no
los quiere aún el limbo de la mar.
El
vigor de las rosas eternas entre cienos
se
enajena en el río sin viento del juncal.
Entre
la tristeza y el desdén, unos senos
para
tu descanso. El triste ser sin humanidad
para
nuestro desamparo amargo de veneno.
No
fue su desdichada ni joven voluntad
la
que impidió recibir más caricias del cielo.
En
un lecho de lirios vivir sin ellas no es casual.
Los
gatos, en su furtiva aventura bajo los truenos,
también
te buscan en el río hecho de tiempo y cristal.
Debo
agradecer el júbilo si llega al universo.
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