martes, 20 de noviembre de 2018

PENSAMIENTO TÓXICO- 10


Colaboración de Paco Pérez
LA “MEMORIA HISTÓRICA”… ¿SOLUCIÓN O INSTRUMENTO?
Creo, sin temor a equivocarme, que ha sido un instrumento programado y usado de manera interesada por el PSOE con el apoyo del resto de la izquierda.
En el anterior capítulo, al finalizar, decía:
[“Cuando se aprobó la “Ley de Memoria Histórica” hubo muchas personas y asociaciones que no se sintieron felices con ella porque no contemplaba sus aspiraciones o derechos, ese sentimiento les hizo plantear recursos ante los organismos pertinentes.
Yo, desde mi ventana, no puedo estar de acuerdo con ella porque tengo unos argumentos personales que me llevan a considerarla incompleta y, sobre todo, muy sectaria.”].

Hace ya muchos años, cuando la “Transición política” estaba en pleno apogeo pues quienes se sentían identificados con determinados partidos de “extrema derecha o izquierda” eran muy proclives a considerar a sus interlocutores partidarios del bando contrario si en el transcurso de la conversación sus manifestaciones se guiaban por el sentido común y no por el “sectarismo” de sus “gustos” o de sus “afiliaciones”. En aquellos años, los sábados y domingos, era muy corriente salir al mediodía para dar un paseo, entrar en los bares para tomar unas cervezas o chatos de vino, jugar en equipo unas partidas de “chinos”, hablar de fútbol y, cómo no, tratar los temas políticos del momento. Normalmente, se hablaba de la política al final porque ya se habían tomado los tertulianos alguna copa de más y ya no había prudencia.
Un día tuvimos esa reunión en el Bar-Cafetería que regentaban los hermanos Juan y Fernando Valero Cañas, popularmente conocidos como “Los Pelotas”. Estábamos ya para marcharnos y uno que estaba soltero, como no tenía responsabilidades de esposa e hijos, pues quería más marcha y entonces hizo esta propuesta para atrancar el carro:
- ¿Qué os parece si me traigo una liebre que pillé anoche con el coche cuando iba con los míos para Torrequebradilla (Jaén), que nos la preparen aquí y ya comemos?
Yo sabía quiénes eran los suyos, porque no lo ocultaban ellos y porque protagonizaban de vez en cuando alguna trifulca que otra en los pueblos de los alrededores por culpa del politiqueo. Antes de debatir su propuesta me hice el ignorante y le pregunté:
- Bueno… ¿Y quiénes son los tuyos?
Él no se inmutó y contestó sin rodeos:
- Los de Fuerza Nueva.
Ante su respuesta yo le mostré mi extrañeza en estos términos:
- Pues no comprendo que tú, siendo más joven que yo, seas de esa formación política.
Entonces me aclaró que se sentía ofendido por la “izquierda” porque a su padre lo tuvieron preso durante un tiempo por el simple hecho de ser de derechas y eso a él no se le olvidaba.
Seguimos discrepando sobre su extremada postura y a él ya no le quedó otro argumento válido que acusarme de defender a la izquierda, como si opinar que ese hecho hacía muchos años que había pasado, que ese tema ya no daba para más y que lo mejor era enterrar el asunto. Dimos carpetazo a las discrepancias, decidimos comernos la libre otro día y nos marchamos.
Ese tema, de forma diferente pero muy parecida, reapareció algunos años después en el trabajo. Durante el recreo, algunos maestros/as nos juntábamos bajo el gran pino que hay delante del “Salón de Actos”, antes “Comedor Escolar”, y en una ocasión la política también fue la estrella invitada pero como allí no teníamos muchas horas para el debate la sirena nos cortó las opiniones en seco. Me encaminaba hacía el aula con una compañera, seguíamos con la conversación y ésta, cuando estábamos ya para entrar en las aulas me soltó este dardo:
- Paco, reconócelo, es que eres muy de “derechas”.
Yo quedé sorprendido y le contesté así:
- No hay tiempo para aclaraciones pero debo decirte que  no lo soy, siempre fui de “centro” y por eso lo he votado todo, tú no lo has hecho como yo, por algo será. Lo que no me has aclarado es porqué eres tan de zocatas.
Inmediatamente exclamó muy ofendida:
- ¡¡¡Es que mi padre estuvo preso en la Catedral de Jaén!!!
Menudo argumento me das para haber tomado ese camino. Si te parece bien cortamos, mañana nos vemos aquí de nuevo y entonces te respondo a tu justificación y te cuento la historia de mi familia, abuelos y padre, durante ese periodo de nuestra desgraciada historia bélica villargordeña.
Con personas así las semillas de odio de la “Memoria Histórica” tenían que dar los frutos que deseaban sus sembradores.

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