Colaboración de Paco Pérez
LA “MEMORIA HISTÓRICA”… ¿JUSTA O INJUSTA?
Si la función teórica del Gobierno de España es
velar por el bien común de todos los españoles
pues, ante la experiencia de lo que estoy viviendo en nuestro país, desde hace
unos años y cada vez que el PSOE
habita en el Palacio de la Moncloa no tengo más opción que
sentirme cansado de escuchar los planteamientos y noticias que sus políticos y
medios afines divulgan a diario sobre la “MEMORIA
HISTÓRICA”. Con esta táctica están creando crispación social y enturbiamiento
de la convivencia en la calle, las familias, las Cámaras… Si conectamos la radio o la televisión buscando las noticias
o las mesas de debate ya no tenemos
que desayunar, almorzar o cenar porque te sientes empachado y no te apetece
mover la cuchara porque el tema estrella que ha elegido nuestro Presidente para seguir ocupando el
sillón y los telediarios se nos ha colado un día más en casa y, de tanto
llevarlo y traerlo, se ha estropeado y huele mal. La manipulación que están
haciendo de la dichosa ley me está ayudando a ver lo injusta que es su aplicación porque rezuma sectarismo y, además, la considero incompleta.
No es subjetividad catalogarla como sectaria porque fue engendrada y parida por personas que, al ser de
esa condición humana, se olvidaron de la objetividad
para satisfacer a sus iguales de “izquierdas” y, de paso, ningunear a
quienes ellos consideraban, y consideran, sus
enemigos por el delito de no pensar como ellos… ¿Qué se puede esperar de esta línea de pensamiento?
Además, como la mayoría de sus correligionarios no vivieron
la Guerra Civil pues conocen los
trágicos acontecimientos acaecidos de oídas y se los dan deformado, comunicando
lo que interesa que sepan pero no lo que pasó realmente. Por eso no debe
sorprendernos que actúen en todos los frentes de la política pensando que deben
acabar con los culpables de aquella derrota, Franco y sus seguidores
ideológicos pero… ¿Quiénes y cuántos
son éstos?
Aquí está el germen de los actos violentos que protagonizan
cuando se organiza algún evento que no sea de la línea “zocata”, la crispación dialéctica que montaron en el Congreso es un ejemplo…
También contribuye enormemente a esta situación la enseñanza
rancia y no válida para nuestros días que recibieron algunos/as con las experiencias
que les contaron sus mayores en el pasado y que expuse como ejemplos en el
relato de ayer. Considero que éstas deben servirnos como lo que no tienen que
hacer los mayores con sus peques porque los orientan en una dirección subjetiva, inyectándoles los
pensamientos viciados que ellos tienen como fruto de las malas experiencias que
les tocó sufrir y que ya nadie desea repetir. Los mayores debemos tener unas miras mucho más elevadas y no
inculcar a quienes están en formación nuestros “pensamientos tóxicos”.
En aquellas conversaciones quedé sorprendido con los alegatos
que mis interlocutores expusieron para justificar porqué eran de “izquierdas” o de “derechas”… ¡¡¡Sus mayores fueron encarcelados por Franco o los “milicianos”, esas fueron las esencias de sus posicionamientos!!!
Cuando yo les argumenté que mi padre también estuvo
preso, al acabar la “Guerra”, en
un “campo de concentración” que instaló
el ejército vencedor en la playa de Torremolinos (Málaga) se quedaron sorprendidos… ¿Por qué?
Supongo y no afirmo, que para ellos lo normal hubiera sido
escuchar las quejas de quién se sentía ofendido por la acción del ejército “franquista” pero que yo estuviera en
igualdad de condiciones que ellos y que no estuviera cabreado con en el tema de
las ofensas carcelarias que se vivieron durante o después de la “Guerra” eso no era normal… ¿Por qué se sorprendieron tanto?
Porque sus progenitores estaban muy identificados en el pueblo
con unos posicionamientos extremos que les hacían sentirse muy honrados por defender
esos pensamientos pero como mi padre nunca le dio aire a su historia con el
ventilador y se limitó a votar cuando era convocado pues la sorpresa que les
causó a estas personas dicha noticia fue lógica.
En casa de mis padres y en las de los abuelos nunca se
mencionaba el tema del conflicto bélico que se vivió y por esa razón mi hermana
y yo crecimos sin afectaciones de esta índole. Tuvieron que pasarse muchos
años, yo ya estaba casado, para que una tarde fuera de visita a la casa del
abuelo Paco y, sentados en la “mesa camilla” al calor del brasero de “ascuas y picón”, el abuelo comenzara a
recordar las cosas del pasado y entonces me relató una vivencia suya de los
tiempos bélicos.
Una mañana de otoño salió de casa, se montó en la borriquilla
a la que antes había aparejado y colocado los “aguarines de esparto” y los cuatro cántaros. El objetivo de su excursión
campestre era visitar la parcela de olivas que tenía en el paraje conocido como
“Casilla de Blas”, coger una poca aceituna
de agua y después acercarse hasta la “Fuente
la Peñona” a llenar los cántaros. Era mediodía cuando regresaba con la
misión cumplida y, cerca del pueblo, lo pararon unos cuantos milicianos que
caminaban en dirección contraria, iban con sus armas al hombro, y le
preguntaron:
- ¿De dónde vienes?
Él les contestó con naturalidad:
- Muchachos, vengo de la “Fuente la Peñona”, he ido a por el agua de beber y antes he estado
en las olivas de la “Casilla de Blas”, tenía que coger unas
pocas aceitunas de agua para machacarlas y curarlas.
Después de responderles así uno de ellos se hizo el valiente
y le dijo:
- Para qué traes las
aceitunas si no te las vas a comer.
Después de soltarle ese dardo dialéctico se marcharon y él
también. Cuando llegó a casa ya iba malo y estuvo unos días con una diarrea muy
grande, provocada por el nerviosismo que le provocó con aquellas
malintencionadas palabras.
En honor a la verdad debo decir que nunca más lo molestaron y
tampoco me dijo quién fue el “hijo de la
Gran Bretaña” que le prescribió aquel laxante tan eficaz.
Nos reímos mucho con la anécdota y después fue cuando, movido
por la curiosidad, le hice preguntas y ya me contó algunas cosas de aquella
tragedia. Como es lógico, el primer relato que recordó fue el de la experiencia
de mi padre como soldado de la “República”, su reemplazo fue bautizado
como la “Quinta del biberón” porque
se los llevaron al cumplir los dieciocho años.
La considero INCOMPLETA
porque cuando el Gobierno aprueba
las leyes es para solucionar los problemas de “todos los españoles” pero no se deben hacer para restaurar sólo el
dolor causado por el “franquismo”
también debe restaurarse el causado por el “republicanismo”. Unos ejemplos ayudarán a entender mejor las cosas:
1.- La “izquierda”
tiene el derecho de reclamar que se localicen y abran “fosas comunes” para que se puedan identificar a sus víctimas, las
causadas por la “dictadura de Franco”
pero… ¿Se sigue el mismo protocolo cuando encuentran una “fosa común” y se descubre que los restos encontrados eran de
personas asesinadas por los “republicanos”?
En la “La Gaceta”
se publicó el 26 de junio de 2017 un artículo en el que se detallan unos
hallazgos de “fosas comunes” y se expone que, cuando se descubrió que eran
víctimas ejecutadas por los “republicanos”,
se suspendió la exhumación y se procedió a taparlas de nuevo… ¿Qué alegatos dieron las autoridades para
hacerlo?
Que la “Ley de Memoria
Histórica” no tenía dinero para seguir con el protocolo.
2.- ¿Por qué no se restituye también la dignidad a los religiosos/as
que, por el simple hecho de serlo, fueron asesinados/as
por los “republicanos”? ¿Por qué no
se restituye la dignidad a los templos y conventos que fueron incendiados
por los mismos en actos vandálicos?
En mi opinión, este tema se solucionaría con facilidad si
reconocieran los hechos y pidieran perdón a la Iglesia y a los cristianos pero
es más cómodo y rentable, políticamente, para ellos entrar en litigios con ella
por el tema de los templos, los impuestos y la enseñanza.
3.- Hay otro tema del que no se habla porque ha levantado
poca polvareda, la familia de mi madre está afectada por el ROBO que hizo Franco en los pueblos y ciudades que estuvieron durante el
conflicto en la “Zona Republicana”,
nuestro pueblo fue uno de ellos. Hay en España muchas familias que se vieron
afectadas por esa acción de Franco a
la conclusión de la Guerra Civil, el
hecho consistió en INCAUTAR el
dinero en curso que había de la República.
El procedimiento tenía el respaldo de la autoridad del momento y consistía en que
sus poseedores lo entregaran en los bancos u organismos oficiales que habían
sido autorizados para recibirlo, éstos emitían un documento oficial en nombre
del “NUEVO GOBIERNO de España” para que, en su momento, pudiera
ser canjeado por el que pusieran en circulación. Eso fue lo que supusieron los
afectados que les harían después y la realidad fue que no se hizo.
¿Contempló el señor Zapatero
esta injusticia en la “Ley de Memoria
Histórica”?
Sí, se mencionó esa “deuda”
pero no se desarrolló ninguna medida concreta que permitiera solucionarla. Opino
que no se hizo porque no interesaba dar dinero debido a que al actualizarlo sería
un dineral.
En otro capítulo mostraré las pruebas de esta información con
precisión.
Tenemos a nuestro Presidente
en Cuba… ¿Por qué no ha demostrado
al mundo allí que él no quiere las DICTADURAS?
Con los dictadores
muertos es muy fácil sacar pecho pero cuando estamos delante de los que viven
ya no somos tan valientes y nos ponemos de perfil, así quedamos divinos ante
ellos y ante nuestros amigos.
A los disidentes
cubanos les ha regalado un gran gesto… ¡¡¡Plasmar en un documento firmado
con Díaz-Candel, el dictador actual de Cuba, que ambos
gobiernos han acordado mantener reuniones anuales para hablar de Derechos Humanos!!!
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