Colaboración de Paco Pérez
CUENTO
DE NAVIDAD
Como
estamos más mayores que jóvenes pues esa mayoría silenciosa comentaba durante
estos días de manera espontánea, cuando nos saludábamos por la calle o hablábamos
en la cafetería, que lo habían pasado muy bien en sus casas y que no habían
metido muchos alimentos entre pecho y espalda. Esa canción postnavideña era cantada los primeros días por todos los
villargordeños pero unos días después comprobé que no era real… ¿Por qué?
Cuando
sólo han pasado ocho desde que tuvimos el primer acto, ya ha perdido actualidad
pero ha ganado consecuencias porque los jóvenes, y los no tan jóvenes también, otra
vez están haciendo nuevos planes festivos pero también de adelgazamiento. Lo
afirmo porque sueltan comentarios graciosos y entonces se escucha que en el
pueblo se está hablando mucho sobre cuál está siendo el regalo que más están solicitando
a los “Reyes Magos” nuestros
paisanos. Tomen nota… ¡¡¡Las básculas de
baño!!!
Cuando
lo escuché me quedé de una pieza y pregunté expresando mi sorpresa:
-
¿Ese es el romántico regalo que se hacen
ahora los jóvenes enamorados?
Mi
interlocultor se mostró algo violento y me dijo:
-
No lo has comprendido, lo hacen por necesidad.
-
¿Cómooo?
Él,
esta vez, me aclaró sus palabras con sencillez:
-
Como algunos han engordado más kilos de
lo esperado, cuando se pesaron, rompieron las básculas y ahora tienen que
reponerlas!!!
Ésta
noticia la recibí en un tono muy confidencial, no la comentéis, me la dio Segundo “El Municipal” el día que visité el “Museo” para fotografiar los “belenes”,
fue el pasado 28 de diciembre.
Parece
ser que, como los “Reyes Magos”
están acampados delante del “Museo” desde
hace unas fechas porque no encuentran a Mariá,
José y el Niño pues parece ser que, cuando él sale a fumar a la puerta o
ellos entran a su oficina porque hace mucho frió fuera, pues charlan de sus
cosas y se hacen confidencias.
En
una de esas reuniones, hablaron de fútbol y Segundo les comentó lo malo que está este año el Real Madrid y, como buen madridista,
les pidió que le regalarán al Club, para
la segunda vuelta, varios goleadores pero ellos le manifestaron que ya no podían
atender más peticiones por culpa de las “basculas
de baño”. Como gesto de amigos, lo que sí hicieron fue confiarle la noticia
de que, como no podían ir ya a Oriente
y regresar a tiempo para regalar las básculas solicitadas, pues habían hablado
con “Zamorita” y éste les había prometido
gestionarles las que necesitaban.
Menos
mal que yo sólo he aumentado mi peso en 600 gramos y la mía no se ha roto, de
lo contrario también hubiera tenido que haberles pedido otra para mí.
La
noche que grabé los “belenes” en el
“Museo”, cuando salí a la calle, comprobé
que los “Reyes Magos” todavía
estaban fuera y, como hacía mucho frío, uno de ellos me dijo desorientado:
Venimos
de una tierra muy lejana,
estamos
cansados de tanto viajar,
aquí
se nos perdió la estrella
y
no sabemos quién nos puede ayudar.
Les
propuse ir al Ayuntamiento para que
le entregaran el “programa de actividades” y en él, tal vez, pudieran encontrar
a quienes buscaban. Un vecino que pasó y lo llevaba en la mano se lo regaló:
Cuando
lo exploraron comprobaron que no había respuestas para sus preguntas y
entonces, preocupados, regresaron a la puerta del “Museo”.
Al
separarnos, escuché a uno preguntar muy cabreado:
¿Dónde
estará María?
¿Dónde
estará José?
¿Dónde
estará el Niño?
¿Habrán
ido ellos a buscar los camellos?
Cuándo
caminaba por “El Paseo”, de regreso
a casa, descubrí donde estaba la “Sagrada
Familia” y exclamé cabreado… ¡¡¡Cómo los iban a ver estando en este lugar
tan escondidos y, además, sin estrella!!!
Me
alegré mucho al verlos allí en familia y fui corriendo en busca de los “Reyes Magos” hasta donde nos despedimos
pero ya se habían marchado. Espero que hayan encontrado a los dos camellos perdidos
y que puedan continuar su viaje hasta la
“Media Luna Musical”, ahí es donde
se encuentra el “Niño Jesús”, los
está esperando para que le lleven sus típicos regalos: Oro, incienso y mirra.
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