martes, 15 de enero de 2019

SUEÑO EN SEVILLA

Colaboración de Manuel Sánchez García

Un amanecer en la Giralda,
por los hallazgos de la noche,
quedé prendido de tal cintura
y nos dieron las doce.

Blanco despertar en tu mirada,
enloquecida por la niebla de tu pelo,
por el sol de tus pestañas
y por tu hermoso lunar negro.

¿Sabes? Si yo fuera pintor
te pintaría de color marrón
para olvidar las penas
que habitan mi corazón.

Si fuera poeta te escribiría cartas,
donde tu nombre se cruzara conmigo
para que nunca tú, hermosa clavellina,
te olvidaras de este dulce amor mío.

Ella, se echó a volar hasta Triana,
soltando amargos aromas
que me dejaban sin fuerza
y con lágrimas desenfrenadas.

Cuando salté para cogerla
me caí al río en Sevilla
y, mojado, me di cuenta
que era un sueño… ¡Madre mía!

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