Colaboración de Paco Pérez
EL AMOR AL PRÓJIMO
Nos
escandalizamos a diario cuando escuchamos en los medios las cosas que ocurren y
entonces solemos decir… ¡Qué tiempos más
malos nos ha tocado vivir!
Si
exploramos la historia con espíritu realista el análisis de lo que sucedió será
objetivo, podremos establecer comparativas entre el pasado y nuestros días, entonces
descubriremos que ningún periodo temporal fue peor ni mejor que el otro y que sólo
son diferentes pues, en lo esencial, pocas personas se preocupaban y preocupan de los problemas ajenos.
Opino
así porque Jesús, para solucionar
esta problemática real, les dijo: [Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos
a los otros. Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a
los otros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor
los unos a los otros.].
Estas
palabras están en JUAN 13,33-34.
Él enseñaba a
las personas que el camino de la verdadera
convivencia tenía sus pilares en el AMOR.
Actuaba así porque sabía que en su entorno había personas egoístas, maltratadoras,
traidoras, infieles, amantes de lo
ajeno, falsas… Como es lógico si
cometían estas acciones incorrectas es porque no AMABAN a quienes convertían con sus actos en víctimas pues nadie
que ama de verdad a otra persona es capaz de hacerle daño.
Jesús les
aconsejaba lo que debían hacer pero no era un teórico porque Él practicaba lo que enseñaba, así su
predicación era más entendible. Tenemos el ejemplo de lo que hizo en la “Última cena”: Lavó los pies a sus acompañantes; compartió con ellos los alimentos; perdonó a quién lo iba a entregar, lo demostró cuando ofreció pan a Judas; respetaba la libertad
que todas las personas tenemos para actuar, Él no intentó impedir que Judas
realizara su traición; les anunció
lo que le iba a ocurrir, ellos no lo entendieron en ese momento y tampoco
cuando les dijo a dónde iría después.
Con
estas acciones Jesús demostró que
era posible hacer cosas buenas al prójimo cuando se hacen por amor sincero, el que Él mostraba a los hombres en las relaciones
de cada día.
¿Hemos asimilado el mensaje de su ejemplo dos
mil años después?
Unos
años después, Juan les habló de algo
diferente y desconocido, el lugar de convivencia que Dios tiene preparado para quienes lo aman. En él todo será distinto porque no nos toparemos con las
realidades que convivimos a diario y que no deseamos padecer: El dolor, la muerte, el llanto…
En
su propuesta de futuro para el hombre, introdujo un consejo: Si nos seduce
visitar ese lugar lo primero que haremos será cambiar los malos hábitos que tenemos e intentar practicar lo que Jesús realizaba a diario con las
personas.
Pablo y Bernabé pusieron en marcha las propuestas de Jesús y, para continuar con sus enseñanzas, viajaron hasta las comunidades cristianas que habían
fundado con la intención de que ellos continuaran con la labor misionera de predicar
la palabra, les recomendaban que siguieran mejorando en el campo de la fe y les
recordaban que seguir a Jesús les ocasionaría
sufrir mucho.
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