En recuerdo de Sebastián Almagro Castellano.
Gran figura de la aviación española. Centauro del aire.
Colaboración
de José Carlos Castellano Calles
Capítulo I
Antecedentes. Sus
padres.
Pepa Castellano (maestra de escuela), natural de
Villargordo (Jaén), hija de Blas y Antonia, apodados en Villargordo
"Rizados y Tororones", respectivamente. Se casó con Pedro Almagro
Armenteros, (empresario agrícola), que tenía a gala descender de los Almagros,
conquistadores de los territorios americanos del Perú y Chile. Y que al igual
que Pepa, era natural de Villargordo. Tuvieron dos hijos: Sebastián y Loli. Por razones de trabajo se trasladaron a Andújar
(Jaén). Pepa ejerció de maestra en Escañuela, La Higuera y Andújar (Jaén). Por
la casa de Pepa Castellano y Pedro Almagro, pasaron personajes de la altura de
D. José Ortega y Gasset, el General Queipo de Llano y el padre Poveda. El 18 de noviembre de 1923 nace, en Escañuela (Jaén),
Sebastián Almagro Castellano y fallece, en el Hospital Princesa Sofía, en Córdoba,
el 16 de agosto de 2006, a los 82 años.
Según relatos de mi madre, (Encarnación Calles Aranda)
prima hermana de Sebastián por parte paterna, y de mi padre,(Blas Castellano López)
igualmente primo hermano, por parte materna, tuvo Sebastián una infancia feliz.
Durante la Guerra Civil, en Andújar hubo un aeródromo
militar y como consecuencia el pueblo sufría bombardeos. Algunos
de éstos bombardeos y combates aéreos los vivió y presenció
Sebastián en vivo y en directo. Estos ataques a la ciudad, fueron
la causa de que Sebastián pasara largas temporadas en Villargordo, en la c/Granadillos,
nº 3, donde vivían sus tíos (mis abuelos maternos, Antonio
Calles Armenteros "El Nono" y María Aranda Marfil "La
Carriles"). Allí, según mi madre que nació en 1907 y por tanto 16 años
antes que él pasaba largas temporadas. Siempre jugaba con aviones de papel o
madera, en el patio, en los fríos inviernos, a la umbría. Los aviones de papel
o madera, que construía y le servían para jugar, tal vez fueran los recuerdos
de los combates aéreos vividos, por él, en Andújar. Sea como fuere, desde niño,
el amor a la aviación le caló hasta el tuétano de los huesos y para siempre la
aviación y su vida serán la cara y cruz de la misma moneda.
De pequeño, según mi madre, estaba un tanto debilucho
y enfermizo. Tanto es así que en una ocasión, hablando del futuro de su hijo su
padre, Pedro, dijo:
-A Sebastián, lo mandamos a estudiar a un colegio
interno, si ha de pasarle algo sólo Dios lo sabe. Y así lo hicieron.
Tras acabar la Guerra Civil, lo mandaron a Madrid a
casa de sus tíos para que terminara el bachiller en el I. Cardenal
Cisneros.
Aquel niño debilucho, poco a poco, se transformó en
todo un joven enérgico y fortachón.
En 1943, con 20 años, ingresó en el
ejército del aire para formarse como piloto, ésta afición la llevará hasta el final de
su vida.
A los pocos días, de ingresar en la escuela para
formarse, lo expulsan. Al parecer llegó a oídos de los mandos, que su padre
Pedro Almagro tenía ideas marxistas. Tras las investigaciones pertinentes, descubrieron,
que todo era, un montaje, una denuncia de alguien que no debía de quererlo
demasiado bien. A los pocos días fue readmitido de nuevo. Sebastián,
después de
este suceso, alguna vez comentó:
-¿Cómo se puede ser marxista, con tantísimas olivas y
tierras
como tiene mi padre? Eso es una idiotez.
Con el tiempo se hizo profesor de vuelos sin motor,
con el grado de alférez, luego teniente (1950 ) y por último
capitán.
Dio clases de V.S.M.(vuelos sin motor) en: Somosierra,
Madrid, Monflorite (Huesca) y Sevilla.
En una ocasión, tomó tierra en un pañuelo
(ladera norte de Monflorite), agosto de 1958, con un Kranick. Según cuenta
Madariaga.
Según contaba Sebastián, el motor se le paró hasta en
8 ocasiones a lo largo de todas sus horas de vuelo.
Fue gran maestro, de enormes pilotos, que
siempre lo recordaron en los numerosos homenajes que le han ofrecido estamentos
civiles y militares.
Vivió junto al Ló 100, un velero fabricado en
Alemania, en 1952. Construido en madera y tela, al que él bautizó con el
nombre de "Virgen de la Cabeza". Con éste velero,
realizó más de 1500 exhibiciones en todo el mundo. Con el Ló 100, ganó 2
campeonatos mundiales de acrobacia aérea en la modalidad de V.S.M.
Con este velero hacía infinidad de piruetas y alcanzaba velocidades
de más de 400 Km/h.
Ha paseado y engrandecido la aviación española, y
España, por numerosos países de todo el mundo.
El teniente general Eduardo González
Gallarza, que le había visto hacer acrobacias aéreas, le ofrece a Sebastián crear
una sección de vuelo acrobático sin motor en la Escuadrilla de
Tablada (Sevilla), con la finalidad de competir en campeonatos y entrenar
a más pilotos. Pide traslado de Monflorite a Sevilla y es destinado al Ala de Caza
7 y más tarde a la Escuadrilla 92, donde volará aviones con todo tipo de
motores, con la misma destreza y habilidad que el "Virgen de la
Cabeza".
Estando en Sevilla, vino
a Villargordo, como hacía cada vez que tenía ocasión, para visitar a su tío Tomás Castellano,
apodado "El Gitano" y "Calderas",
y a sus numerosos primos.
Recuerdo que estando en
casa de mi madre le dijo:
- Prima, me has dicho que tienes gallinas.
- Sí -contestó mi madre.
- Como ahora estoy destinado en Sevilla, cualquier día
doy una pasada con un reactor y van a estar las gallinas, un
mes sin ponerte un huevo. Y cumplió su promesa. Unos días después, un reactor
en vuelo rasante y, con un ruido ensordecedor, dio una explosión atronadora, al
superar la barrera del sonido. Lo que no recuerdo es, si las gallinas no
pusieron en un mes.
Esta anécdota la recuerdo perfectamente, ya que la
viví en primera persona.
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