Colaboración de José Martínez Ramírez
A D. Antonio López Mateos
Esas mañanas de niebla
cuando el aire es de agua,
la luz poco más que ausencia
y la vida una palabra.
Lento y frío se silencia
el horizonte y su mañana.
Con cierta frecuencia
La espuma se resbala.
A lo lejos, con urgencia,
cuando avanza la alborada,
la perdiz toma licencia
y fuertemente reclama.
Saluda al sol con potencia,
con la virtud de su garganta.
Mientras, le dictan su sentencia
entre los olivos con sus varas.
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