Esta
celebración no arrancó con el diseño actual, a mediados del siglo II, sino que
es el resultado de una evolución a lo largo de los años y, durante ese tiempo, se
le han ido introduciendo modificaciones hasta quedar configurada con el ritual
de nuestros días… ¿Está recogida en la
Biblia la Cuaresma?
No.
Sí contiene nuestro “Libro Sagrado” los
elementos con los que se ha configuración ésta y el sentido de cada uno de ellos.
¿Qué es la
Cuaresma en el ritual católico?
Un
periodo de CUARENTA días en el que debemos estar vigilantes, hacer penitencia por nuestros pecados, intentar la renovación interior de
nuestros comportamientos y mostrarnos dignos de recibir al Señor Resucitado
el domingo de Pascua.
La
fiesta de la Pascua hebrea tenía un
sentido diferente pues se conmemoraba que el pueblo salió de Egipto cuando fue
liberado de la esclavitud, después de padecerla 400 años. Entonces, Moisés recibió de Dios todas las instrucciones para tal celebración y lo
que hacían estaba ajustado al mensaje
recibido.
Con
el paso de los años la cristiandad
católica comenzó a celebrar la Pascua
pero con otro motivo diferente: [Jesús
padeció, murió y resucitó para el perdón de los pecados de los hombres.].
¿Es un mandato de Dios o porque nuestros clérigos
lo decidieron para instituir el ritual?
Creo
que es el fruto de una decisión humana
que fue elevada a la categoría de ritual religioso y los cristianos-católicos,
que somos muy cómodos, no profundizamos sobre lo que nos proponen porque a la
hora de la verdad hacemos cada uno nuestra Cuaresma, es decir, vamos a lo
nuestro y no nos preocupamos de buscar la verdad para encauzar nuestro caminar
e ir al encuentro del Señor.
Son
innegables los elementos de la Cuaresma:
el ayuno, la abstinencia, la modificación de nuestros malos hábitos, la
reconciliación con el prójimo, la preocupación por los problemas ajenos, el
ayudar a quien esté necesitado de algo, la penitencia y el encuentro con Jesús…
¿Podemos negar esa verdad? ¿La ponemos en marcha a diario o esperamos a
la Cuaresma?
Jesús
no quería los circos y, por desgracia, ella tiene más de circo que de
religiosidad. Hago esta afirmación porque, previamente a ella, los cristianos
nos lanzamos a los desenfrenados días del Carnaval y durante los días centrales
de este tiempo cuaresmal abundan las manifestaciones procesionales, para mí,
carentes de religiosidad y sentido.
Retomando
su perspectiva histórica nos topamos con que arrancó como preparación de la Pascua cristiana, se desarrolló poco a poco y fue
un proceso con en el que se buscaba alcanzar: La preparación de los catecúmenos para el bautismo de la Vigilia
Pascual, la reconciliación de los
penitentes públicos con la comunidad, y la preparación
de ésta para la gran fiesta de la Pascua.
Jesús
debe ser nuestro referencial religioso, yo me fijo en lo que Él hizo y está
claro que se bautizó de mayor y que ese detalle no se ha tenido ni tiene en
cuenta. Por eso me pregunto muchas cosas… ¿Nos deben bautizar sin dar nuestro consentimiento? ¿Debemos esperar a la Cuaresma para perdonar
las ofensas recibidas y practicar la reconciliación?
Si
Jesús padeció, murió y resucitó por nosotros fue para que los hombres fueran
perdonados. Recordar el hecho es una
cosa y caminar a diario con los
elementos que inspiran la Cuaresma es lo que deberíamos hacer, que es otra bien
distinta.
Opino
así porque, no hace mucho, leí un razonamiento muy serio: [La venida de Jesús y su Pasión tuvo lugar una vez y surtió los efectos deseados
sobre la humanidad, por ello no se puede repetir pues lo que se repite es porque
la acción anterior que se hizo no fue válida o porque no consiguió alcanzar el
fin buscado.].
En
este caso todo fue perfecto y ya lo único que falta por hacer es caminar por
donde Jesús nos enseñó y no repetir a nuestra manera. En esta realidad creo que
debemos de esforzarnos mucho, y a diario, para poner en marcha las dos cosas
que sí nos pidió Jesús que hiciéramos y que no hacemos la mayoría:
1.-
Amar a Dios sobre todas las cosas.
2.-
Amar al prójimo como a nosotros mismos.
Ambas
prácticas no tienen espera pues deben ser acciones diarias y susceptibles de
mejora siempre pero… ¿No nos quedó claro
lo que debíamos de hacer?
Jesús
nos enseñó, además, que hay que huir de los preceptos humanos porque no son
religión, lo enseñó oponiéndose a las prohibiciones del judaísmo.
Durante
muchos años se nos inculcó machaconamente que la abstinencia consistía en no
comer carne. Pasaron los años y, como fruto de esa siembra poco sensata,
todavía sigue una buena parte de la sociedad cristiana adulta con esa idea
desfasada y, consecuentemente, aferrada a esa práctica casi única. Seguimos
así, entre otras cosas, porque introducir un hábito vendido como válido y querer
después modificarlo es muy complicado. Recordemos que, hasta 1966, se siguió
vendiendo en las parroquias la Bula de
la Santa Cruzada para librar a los compradores de sus obligaciones
cuaresmales.
¿Quién es el hombre para liberar a los otros
hombres de sus obligaciones con Dios pagando dinero?
El
cristiano debe tener claro que abstenerse
y ayunar son prácticas que implican
el preocuparse de quienes no tienen y ayudarles, para conseguirlo habrá que
aplicar acciones diversas y no tan simples como se nos enseñaron en el pasado.
No
es nueva esta obligación porque en el A.T. ya se hacía la ofrenda de las primicias del suelo para agradecer al Señor las
cosechas recibidas de la tierra y el reparto
de los “diezmos” entre los necesitados para solucionarles sus problemas.
La
fe es el motor que nos hará creer en
Jesús, en su mensaje y en su Pasión, Muerte y Resurrección. Este es el camino que Dios nos propone para que
lo recorramos con libertad, no nos lo
impone. Haciendo uso de ella nosotros deberemos decidir si lo abrazamos y lo proclamamos sin miedo o si
optamos por otra ruta diferente.
Según
San Pablo: [Si proclamas con tu boca que
Jesús es el Señor y crees con tu corazón que Dios lo ha resucitado de entre los
muertos, te salvarás.].
Si
hablamos de que en Cuaresma hay que rezar, ayunar, preocuparnos por los
demás, luchar para vencer las
tentaciones… Si se nos propone desde la “sede” que hagamos todo esto y paralelamente se sigue permitiendo
que las imágenes paseen nuestras calles en
estos días se propicia que vayan acompañadas por la multitud y que, además, lo
haga convencida de que lo está haciendo correctamente. Pues yo, mientras siga
representándose este espectáculo religioso, proclamaré cada vez que se me
presente la ocasión que sólo creo en Jesús; en su enseñanza; en su Pasión,
Muerte y Resurrección y que lo haré debido a que no me queda otro camino que dar
testimonio de lo que creo y para ello os recuerdo lo que hay escrito en la Biblia, ahí me agarro; lo encontraréis
en Éxodo 20:4-6 : [No te harás esculturas ni imagen alguna de
lo que hay en lo alto de los cielos, ni de lo que hay abajo sobre la tierra, ni
lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás ante ellas y no
las servirás; porque yo soy Yavé, tu Dios, un Dios celoso que castiga en los
hijos las iniquidades de los padres hasta la tercera y cuarta generación de los
que me odian y que hago misericordia hasta mil generaciones de los que me aman
y guardan mis mandamientos.].
¿Quién
no ha visto a las personas acercarse a las imágenes en los templos para
tocarles las partes corporales que se ven de ellas, sus ropas o las cintas que
les cuelgan? ¿Quién no las ha besado o se ha inclinado ante ellas en actos
solemnes?
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