martes, 2 de febrero de 2016

EL HUMOR VILLARGORDEÑO

LOS PROBLEMAS DEL NECESITADO
Colaboración de Paco Pérez

El Sr. “Cachaflatas” era el padre de Rafael Álvarez Bonaque, Cachaflatas” hijo, y de José Mararía Álvarez Bonaque, padre de Blas ÁlvarezPololo”. Rafael vivió con su familia en una humilde casa de la calle Tiradores, pasaron muchas necesidades y, a pesar de ello, siempre tuvo un humor excepcional para dar solución a los problemas que la vida le iba planteando. También hay que recordar que fue muy amigo de Arturo y ambos protagonizaron escenas inolvidables.


1.- DE MADRUGADA Y EN EL CATRE
Toda la familia dormía en la misma cama, unos acostados en posición normal y los otros al revés, con la cabeza en los pies.
Para mitigar los rigores del frío invierno se cubrían con una manta muy deteriorada, era tan vieja que hasta tenía algunos agujeros.
Una noche, de madrugada, se despertó uno de los niños pequeños y dijo:
- Papa, quiero mear.
Cuando Cachaflatas se despertó y el zagal le repitió su necesidad él no se cabreó por haberlo despertado y le respondió con su humor característico:
- Andrés, te sales por un agujero de la manta y así no nos desarropas, que hace mucho frío y nos podemos resfriar.
2.- EL REMEDIO PARA EL INSOMNIO
Una noche, la familia se acostó a la hora de costumbre y Rafael comenzó a darle vueltas a sus problemas. Por más que maquinaba posibles soluciones de inmediato comprendía que éstas no eran posibles, en esta línea se pasó varias horas y cuando quiso dormirse los ojos no se le cerraban. Comenzó a inquietarse y llegó el asunto a un punto en el que no vio otra alternativa que levantarse. Se vistió y, cuando se puso los calzones, comenzó a pasear en la casa con las manos metidas en los bolsillos. Estaba en esta acción cuando una de sus manos tocó una moneda en el bolsillo y él, cuando comprobó que era una “perra chica" o "perrilla”, despertó a la familia cuando gritó:
- ¡¡¡Ya sé por qué no me podía dormir!!!
Todos se despertaron asustados y la mujer le preguntó:
- ¿Por qué? 
– ¡¡¡Porque tenía cinco céntimos en el bolsillo!!!
- ¿Ese era tu problema? – le preguntó cabreada su mujer.
– ¡¡¡Sí. Ahora verás cómo se arregla todo!!!
Inmediatamente salió al corral, cogió la moneda de cinco céntimos y la tiró al tejado de la casa y dijo:

- Se acabaron los problemas, ahora a dormir.

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