domingo, 31 de enero de 2016

JESÚS RECIBIÓ EL RECHAZO DE SUS PAISANOS

Colaboración de Paco Pérez
Jesús Entró en la sinagoga y una gran expectación lo acompañó porque sus paisanos conocían las cosas buenas que había hecho en Cafarnaum, esperaban de Él que las repitiera en su pueblo y porque ansiaban recibir soluciones guerreras para su opresión, pero Él les habló de algo diferente e inesperado para ellos cuando, después de leer el libro sagrado, les dijo: [Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.].

No les habló de violencia, lo que más deseaban ellos escuchar, y sí les mostró el camino del Reino de Dios. Se lo mostró como la forma de lograr la liberación de aquellos que estaban oprimidos por las injusticias de la sociedad. Al hablarles lo hizo con total decisión y sin miedo pero sus paisanos no lo comprendieron, se molestaron con Él y no aceptaron lo que les decía; esta actitud que tomaron fue porque no podían creer que un simple carpintero que había crecido entre ellos ahora viniera a liberarlos.
Esta postura es muy frecuente entre los humanos porque nos resistimos a aceptar lo bueno que viene de un paisano pero si viniera de uno de fuera entonces lo aceptaríamos rápidamente y sin reproches.
En Él buscaban señales grandiosas pero cuando les muestra el plan de Dios con gran sencillez no lo entienden, no le dan el valor que realmente tenía y lo rechazan.
Lo que le sucede a Jesús ese día en la sinagoga se comprende mejor con la ayuda de la primera lectura, el relato de un hecho que sucedió en el año 628 a. C. y cuyos protagonistas son Dios y Jeremías. En él comprobamos cómo actúa el Señor con quienes elige para que, actuando en su nombre como profetas, anticipen a su pueblo lo que Él quiere de las personas. Le enseñó lo que debía hacer, lo previno anunciándole que por esa labor recibiría a cambio el rechazo de quienes lo escucharan y le pidió que no tuviera miedo porque Él siempre estaría a su lado cuando les hablara de la verdad, misión que siempre le sería muy problemática y peligrosa porque tendría que hablarles de los intereses ruines que, muchas veces, mueven a las personas y a los poderes públicos cuando hacen algo en representación de los demás.
Desde los tiempos de Moisés se celebraba, cada cincuenta años, el “Año del Jubileo” y tenía la sana finalidad de “LIBERAR a los OPRIMIDOS”, era una acción sana y loable porque con ella se conseguían varios objetivos: Anular las deudas pendientes de quienes estaban agobiados; devolver las propiedades adquiridas por los compradores a sus antiguos dueños, así se evitaban las acumulaciones excesivas en pocas familias, y conceder la libertad a los  esclavos.
Con estas normativa se enseñaba a los hombres que Dios es el único dueño de lo que hay en la Tierra. Debemos reconocer que para la convivencia social era algo muy bueno porque se pretendía mantener unidas a las familias porque teniendo un patrimonio suficiente llevarían una vida digna y feliz pues los egoísmos no tendrían entrada.
También se hacía en recuerdo de la igualdad que había entre las personas cuando llegaron los hijos de Israel a la tierra prometida, entonces nada era de nadie y todo era de todos.
Jesús se refería a este punto de partida como paso referencial y necesario para iniciar un cambio urgente en la sociedad de su tiempo por la gran diferencia que en esos tiempos había también entre pobres y ricos. Él ponía las Sagradas Escrituras delante de ellos para justificar sus explicaciones y respuestas cuando les hablaba de estas cosas con claridad, a pesar de ello fue rechazado y por estas cosas que se dieron en él se puede decir que era un PROFETA, es la condición real que le correspondía.
El EGOÍSMO del pueblo judío quedó patente cuando le muestra a Jesús su rechazo, la causa que lo originó fue: Ellos esperan de Él una solución LIBERADORA para su problema con los romanos y Él les habla de una LIBERACIÓN UNIVERSAL para todos los oprimidos porque para Dios todos somos iguales.
Finalmente, tenemos que tomar de San Pablo la luz que aporta para mejorar el comportamiento del cristiano: Tener fe, esperanza y, sobre todo, mucho AMOR al prójimo.






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