Colaboración de Antonio Cañas Calles
Capítulo II
AMAR A VILLATORRES NO IMPIDE AMAR A VILLARGORDO
Villargordo, tanto te amo
que
Villatorres te llamo;
porque
quiero que seas grande;
porque
quiero que seas algo;
porque
veo con gran dolor
que
en estos últimos años
te
vas quedando pequeño;
porque
así, tarde o temprano,
llegarías
a morir
y
vivir es necesario;
porque
te amo, Villargordo,
Villatorres
yo te llamo.
Sin
embargo, entre nosotros,
que
hijos tuyos nos llamamos,
algunos
hay que no entienden
lo
que parece tan claro.
Te
amo tanto, Villargordo,
que
Villatorres te llamo.
VENTAJAS DE LLAMARSE VILLATORRES
Por
llamarte Villatorres
tus
tierras se han agrandado,
los
hijos que ibas perdiendo,
a
otras tierras emigrados,
por
llamarte Villatorres
en
parte has recuperado;
esos
nuevos hijos tuyos
para
mí son ya paisanos,
que
hace tiempo a muchos de ellos
con
el mismo amor los trato.
Te
amo tanto, Villargordo,
que
Villatorres te llamo.
Al
llamarte Villatorres
te
nombré yo así pensando
que
con ello nada pierdes
y
sí ganas mucho en cambio.
Dime
lo que hayas perdido,
¿es
que te falta algo acaso?;
sin
embargo, sí que veo
tus
límites más lejanos,
ricas
tierras (muchas de ellas
son
terrenos bien regados);
en
cabeza de tres núcleos
te
has convertido en el cambio,
has
aumentado tu riqueza
y
en tus arcas el erario,
aunque
tengas que atender
por
igual en tres poblados
muchas
más necesidades
porque
somos más hermanos.
¿Es
que hay necios todavía,
aunque
creo que no son tantos,
que
en vez de ratón cabeza
quieren
ser de león el rabo?
Te
amo tanto, Villagordo,
que
Villatorres te llamo.
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