Colaboración de Paco Pérez
LOS “BERENJENAS” Y LOS “PUMPUSES”
Mari Carmen
Ramos Torres
es una señora cuya familia tiene sus orígenes en Torreblascopedro (Jaén),
se casó con un señor cuyas raíces
familiares son villargordeñas. Se conocieron fuera y un tiempo después decidieron
casarse, comieron perdices en Campillo
del Río (Jaén) durante unos años
y recalaron finalmente en nuestro pueblo, donde ya llevan viviendo algunos años
en la calle Marqués de Mondéjar.
Esta señora es sumamente comunicativa con todas las personas y, cuando entra por la
puerta de la Frutería “El Jaenero”, la tranquilidad del
establecimiento se altera un poco, por no decir mucho, con sus cosas. Desde ese
momento las risas están garantizadas hasta que le sirven lo que necesita y se
marcha, sus ocurrencias son geniales y únicas.
A
todos los presentes nos hace mucha gracia todo lo que dice, yo soy un fans de
sus dichos, y también de sus formas de hablar y reírse. Ese conjunto de
acciones la hace inconfundible cuando se acerca por la calle o desde lejos. Lo
que más me encanta de ella es escucharle su ya famosa forma de llamar a Juan para pedirle o decirle algo:
-
Jenero… ¿Tienes chorizo de Campillo?
Me
encanta escucharle pronunciar “Jenero”.
Esta
mañana estaba con Mari comprando y
entró por la puerta según tiene por norma y ya empezó la función. Estábamos en
el tema de los apodos y se me ocurrió pregunté:
-
Mari Carmen… ¿Cuál es el apodo que tiene tu familia en vuestro pueblo?
–
No tenemos uno, tenemos dos – me respondió.
-
¿Sabes el origen de ellos?
–
Pues claro. Te los voy a explicar los dos muy bien.
Por
parte de mi MADRE, el apodo que
tenemos es “Los Berenjenas”. Se lo
pusieron a su padre y él se lo buscó solico. Ella me contó que le encantaban
las berenjenas y que cuando iba con
los amigos al bar para tomarse unas cervezas o unos vasos de vino pues cuando
le preguntaba el camarero por la tapa que quería que le pusiera él siempre le
respondía igual… ¡¡¡Si tienes, me pones
unas berenjenas en vinagre o fritas,
me da igual!!!
Así,
un día y el otro también, pues dio lugar a que uno de sus amigos preguntara por
él el primer día que no acudió a la reunión:
-
¿Qué le pasa al “Berenjena” para no venir hoy?
Desde
aquel día, él y todos sus descendientes, somos conocidos como “Los Berenjenas” y nos sentimos muy
orgullosos de que nos llamen así.
He
dicho nos sentimos porque tuvo 12 hijos y todos han tenido también 7 o más
descendientes.
Por
parte de PADRE, el apodo que nos
colocaron fue el de “Los Pumpunses”.
También se lo pusieron a suyo porque el pobre tenía dificultades para hablar,
debido a que era tartajoso, y se atrancaba al soltar las palabras.
Un
día estaba hablando con un amigo, se puso muy nervioso por la conversación y
comenzó a tartajear de manera muy repetida así:
-
¡¡¡Pun, pun, pun, pun…!!!
Entonces,
su amigo, en vez de tener paciencia le dijo:
-
Manuel… ¡¡¡Vas a clavar las puntas antes de comprarlas!!!
Esa
conversación fue la que dio lugar a que ya fuéramos conocidos como los “Los Pumpunses”.
Unos
de mis tíos se marchó a vivir a otro lugar y, después de muchos años, uno de
sus hijos nos ha llamado para decirnos que va a venir al pueblo porque quiere
conocer a los “Los Pumpunses” de
aquí.
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