Colaboración de Ramón Albao Carmona
Haya
flores en un jardín,
olivos
plateados en las noches de Luna
llena,
pájaros
peregrinos en los altozanos,
y
Gemas que brillen como las estrellas
y
me llamen abuelo chocolate.
Haya
trigales en las campiñas,
manos que acaricien
a un niño,
la
civilización sea producto del trabajo
del hombre,
algún
cante rompiendo el pecho
y
recordando a los poetas como Miguel.
Mis
niñas gocen de inocencia,
haya
lunas claras,
caritas de Martas inocentes,
ancianos
que sonríen
y
que mi fantasía no sea el rival.
Haya
inocentes Danielas
que
me hagan muy feliz,
al
darme un caramelo,
y
que siempre haya juguetes
para
un niño como Fran.
El
valor y el querer, faciliten el
vencer
y
el suspiro de una niña enamorada.
Alguien
entienda las palabras que escribo,
leamos bien el mundo
y
mis palabras no sean cosidas con
suturas de hierro.
Corra
ciertos riesgos,
al
pretender encontrar la verdad,
prefiero morir así,
dejando a un
lado
a los que no entienden ese
y
cualquier otro episodio de mi vida.
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