Colaboración de Paco Pérez
En
el libro de las Fiestas de “Santiago 2019”, Francisco Jiménez Delgado “Chápiro”,
publicó un escrito y en él mostraba un listado de “apodos villargordeños”.
Una
mañana de agosto nos encontramos en la calle, lo felicité por su trabajo y me
comentó que aún faltaban algunos más. Seguimos hablando sobre el tema y en un
momento de la conversación apuntó que el siguiente paso era indagar sobre el
origen de ellos y yo le informé que ya había publicado algunos en “Villargordo nos reúne”.
Quedamos
en seguir investigando en esa dirección, desde ese día comencé a trabajar sobre
lo acordado y hoy voy a mostrar un anticipo de lo que he hecho:
1.- PUBLICADOS
en “Villargordo nos reúne”
-
Berenjenas y Pumpuses
-
Chalequito
-
Dientes de jaca y Pestazo
-
Graneros
-
Lanas
-
Lanillas
-
Pedromoso
-
Pelao
-
Pelindo
-
Pinchitos
-
Peluca,
-
Sastre
-
Tío del carro
-
Zamorita
-
Chápiro
2.- ACABADOS
Y NO PUBLICADOS
-
Barbazul
-
Beatrizo
-
Canuto
-
Carabinas
-
Carabo
-
Coco
-
Coreano
-
Don Peos
-
Serranete
-
Tabique
-
Veinte mil duros
3.- NO
INCLUÍDOS EN LA RELACIÓN PUBLICADA POR PACO JIMÉNEZ
-
Artista, El
-
Bastianejos
-
Cachorra, La
-
Capitán, El
-
Cojo “La Laera”
–
Contable, El
-
Chaparritos
-
Chisque, El
–
Glorio Viejo, El
–
Lobo, El
–
Mateillo “El Loco”
-
Panduro
-
Pololo
–
Pollos, Los
-
Raspín
–
Reino, El
-
Tirantes
Sería
muy positivo para la cultura local que los lectores comunicaran nuevos apodos y su origen, si los conocen.
En
dicha publicación, Paco Jiménez “Chápiro” dio ejemplo y mostró el origen
del suyo. Transcribo el texto que publicó:
[Mi bisabuelo Adriano Jiménez Párraga, a la sazón
funcionario del Ayuntamiento de Villargordo, sabiendo de la costumbre de poner
motes en el pueblo, prefirió él mismo ponerlos a cada uno de sus hijos. A mi
abuelo, el mayor de ellos, lo bautizó con el de “Chápiro”.
Disfrutando en Jaén de
un clásico de teatro de Lope de Vega, uno de los actores exclamó: ¡Voto al Chápiro verdel!
Surgió así en mí la
curiosidad de su origen y, yéndome al mismo libro, descubrí que “Chápiro” era un diablo verde muy
travieso de la mitología griega que fue puesto a mi abuelo por inquieto y travieso ya desde pequeño.
Este apodo pasó a mi padre, que nunca lo ha llevado bien al contrario que yo
que lo paseo con orgullo, llamándome algunos con más cariño como “Chapi”.].
Hay
que romper con los encorsetamientos que sólo sirven a las personas para crearles
complejos inútiles, Paco Jiménez
trató de limar esta problemática con este acertado mensaje:
“… las palabras no pueden herir
en sí, las personas que lo pronuncian sí…”
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