Colaboración de Paco Pérez
DESDE LOS ABUSOS AL CAMBIO Y LA CONVERSIÓN
Jesús predicaba el Reino
pero la mayoría de los que escuchaban su mensaje no cambiaban sus formas de
vida. Los que tenían más complicada la salvación eran los ricos pues no se comportaban
correctamente en sus relaciones laborales y sociales ni se desprendían de algo para
ayudar a quienes estaban en la pobreza.
Los publicanos
tenían una profesión que les permitía enriquecerse de manera irregular en el
desempeño de su trabajo, a veces cobraban más de lo legal y por eso no estaban
bien considerados por los ciudadanos porque los extorsionaban cuando les
cobraban los impuestos de Roma.
Zaqueo era el jefe de éstos y se nos muestra como ejemplo de arrepentimiento y cambio
porque un día conoció el mensaje de Jesús,
quedó muy impresionado con él y decidió cambiar de manera radical su vida.
¿Qué
hizo?
Se acercó hasta donde pasaba Jesús para conocerlo, Él lo vio y valoró que deseaba cambiar,
le pidió que lo alojara en su casa, Zaqueo
lo acogió encantado y le manifestó lo que pensaba hacer como muestra de su
arrepentimiento: Repartiría la mayor
parte de los bienes que había acumulado entre las personas que habían sido
empobrecidas con sus impuestos abusivos.
Una
vez más, Dios se nos muestra compasivo y misericordioso con las personas que modifican su conducta, ahí arranca
su perdón hacia ellas… ¿Por qué?
Como
nos encomienda una misión que cumplir aquí pues cuando nos desviamos del buen
camino Él nos perdona dándonos una segunda oportunidad para que
retornemos a la senda de la creencia.
Si
Él actúa así… ¿Qué Dios se nos ha mostrado de manera
equivocada para que lo tengamos asimilado como un Padre duro que nos castiga
cuando nos desviamos o el del
evangelio, el que se acerca paternalmente
a quienes están caídos para escucharlos, levantarlos, curarlos, darles de
comer si tienen hambre, abrigo si están sin ropa…?
El
camino nos lo sintetizó Jesús con estos
dos cumplimientos: Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos.
Con
esta sencillez nos enseñó su deseo pero nosotros miramos para otro lado y lo
retorcemos tanto que lo convertimos en una misión imposible de cumplir porque
no estamos dispuestos a mirar con preocupación los problemas de los demás.
La historia siempre se repite y por esa
realidad en nuestros días también tenemos recaudadores,
esos señores que trabajan para las administraciones públicas, y las entidades bancarias. Los
procedimientos han cambiado pero los efectos devastadores de las tasas e impuestos que cobran, unos y otros, empujan a muchas personas y
familias hasta la desesperación por culpa de estas acciones legales… ¡Lo mismo que ocurría en tiempos de Jesús!
Pablo decía que la
fe era necesaria para poder ejecutar nuestros deseos de servir a Dios ayudando a los demás, que para
poder cumplir lo que queremos es necesario pedírselo a Él porque así glorificaremos
a Jesús y Él nos glorificará a
nosotros.
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