domingo, 24 de mayo de 2020

A D. JOSÉ ORTEGA LARA


Colaboración de José Martínez Ramírez
¡PARA QUE NO ENTIERREN ESE RECUERDO!
Cuando ve por la tele
quejarnos de este encierro
Don José Ortega Lara,
sonríe sin desprecio,
toma un sorbo de agua,
pide a Dios su ministerio
y recuerda aquellos días
mirando fijo al suelo.
Soledad de compañera
el sol fue su sueño,
algún ruido su ilusión,
su marmita de desechos
y otra su alimentación.

La procesión por dentro,
la humedad del río Deva,
el hijo de su consuelo
algún recuerdo salvador,
que buscaba frenético
en el zulo de Mondragón.
Una vez puesto el huevo
y muy bien guardado,
los reptiles del secuestro
a través de sus colegas
hoy socios del gobierno.
Siempre hubo reptiles
pero con menos veneno.
La Guardia Civil pateaba
montes y ríos con anhelo,
poco descanso, sin dormir,
aquello se hacía eterno.
Me lo han contado a mí
guardias de mi pueblo,
fue un guardia civil
que quitándose el sombrero,
en Cooperativa Jalgi,
con astucia y con esmero
ordeno… ¡Quitad eso de ahí!
¡Decídselo a ese sujeto!
Y el zulo apareció,
con Ortega Lara dentro.
Y en venganza asesina,
en fatídico intento
para dañar a la vida,
ahí estaba ese portento,
se llamaba Miguel Ángel,
nunca vi unido un pueblo.
Blanco primer apellido
Y Érmua era su pueblo,
dónde está hoy esa gente
que dejan al Gobierno
depender de esos seres…
¿Es que no existe el recuerdo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario