Colaboración de Paco Pérez
LAS
CURACIONES QUE HACÍA JESÚS
La
enfermedad no era dominada ni
comprendida en el pasado, ni ahora, y por esa razón las personas no la recibían
cuando los visitaba con buen talante. Hoy se nos propone el ejemplo de Job, un hombre paciente y justo, que es puesto a
prueba por el Señor con ella. Cuando lo visitó cayó en la desgracia pues,
además, también perdió las propiedades y
la familia.
Encontrándose
postrado en esa terrible situación sus amigos acudieron a visitarle. Uno de
ellos, Elifaz, trató de darle ánimos
pero, cuando acabó, Job se mostró muy ofendido contra ellos porque no le solucionaron sus
problemas pero sí le dieron consejos inoportunos, y, contra Dios, porque creía que lo había castigado con la pérdida de todo y, además, dejándolo
abandonado, enfermo y dolorido.
Al
despedirse, les pidió que no le dieran más sermones
de moralidad pues lo que él deseaba
era morir para que así se acabara su
sufrimiento.
Aquí
vemos cómo las personas no adoptamos una posición acertada ante la enfermedad pues hasta tenemos el
atrevimiento de pedirle explicaciones a Dios por padecerla y le reprochamos
que nos haya abandonado.
Pasaron
los años y las enfermedades continuaron
siendo un problema para las personas pues estuvieron presentes en todas las
épocas, hoy también lo están pero COVID
19 destaca entre todas. Por esa realidad, en el evangelio se nos habla de las escenas protagonizadas por Jesús para SANAR a los enfermos y si estos prodigios los conocemos es por los relatos de la Iglesia y por la tradición popular pero nadie dudó de
que Jesús los curaba.
Cuando
la enfermedad aparecía las primeras ayudas siempre venían de la familia y si éstas no causaban un efecto
sanador entonces se recurría a los médicos.
Las curaciones que realizaba Jesús eran algo totalmente diferente pues
Él sólo actuaba como intermediario
de la acción sanadora de Dios.
Sus
enemigos y quienes presenciaban lo que hacía no negaban esa realidad pero sí le
reprochaban que las hiciera en SABADO pues,
según ellos, en ese día no se podían hacer porque se lo prohibía la Ley de Moisés.
Otro
aspecto que también ayudaba entonces a distorsionar el tema de sus curaciones estaba
en el equivocado análisis que hacían del origen de la enfermedad y de las causas que la originaban. Entonces se pensaba
que el pecado o los espíritus malignos eran los causantes de ella, no la veían
como un problema físico y por esa
razón el comportamiento que tenía la sociedad
con quienes las sufrían era ilógico, la lepra es un buen ejemplo… ¡Los enfermos eran marginados y tenían que
vivir fuera de los núcleos urbanos!
Jesús hacía todo lo
contrario: No los aislaba, los acogía y les ayudaba sanándolos. Con su ejemplo de vida nos mostró el camino a seguir
pero los hombres le respondemos con cumplimientos que son diseñados por otros
hombres, ocurrió antes y ahora también.
Después de leer y
comentar los textos sagrados en la sinagoga se marchó acompañado de
Santiago y Juan a la casa de Simón y Andrés, al entrar encontró a la suegra de
Simón enferma, estaba en la cama con fiebre, se acercó a ella, la cogió de la
mano, la levantó, la fiebre desapareció y ella, con total naturalidad, los atendió.
El
hecho se difundió por la ciudad, vinieron a Él enfermos de todas clases, los sanó y después, muy temprano, se marchó
solo a orar. Los discípulos fueron a
buscarlo para comunicarle que estaba la multitud allí, querían verlo, pero Él les propuso irse a otras poblaciones
para seguir evangelizando.
Pablo, unos años
después, quiso aclarar a la
comunidad de Corinto el sentido que
tenía predicar el Evangelio y lo
hizo equiparando su importancia a la del esfuerzo que se realiza en el
ejercicio de cualquier profesión. No obstante sí estableció una diferencia: Mostrar
el mensaje de Jesús a los hombres se hace en un acto voluntario, con libertad
y sin sueldo porque la paga está en la satisfacción de ayudar a los débiles. Jesús
vivió esta experiencia cuando se acercó a la suegra enferma, la cogió de la
mano y le ayudó curándola… ¿Hemos tenido esta vivencia alguna vez?
Otra
enseñanza que nos da Jesús en este
texto es el de la ORACIÓN, se
levantaba muy temprano y se retiraba a un lugar solitario para hablar con el Padre… ¿Cuándo y cómo lo
hacemos nosotros?
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