Colaboración de Paco Pérez
LA BONDAD DE ANTONIO, SU MADRE Y EL AVIÓN
Capítulo III
Otro día, Antonio tuvo una leve trifulca en “El Paseo” con un conocido cuando éste le dijo una cosa que no le
gustó, eso le ocasionó que se sintiera ofendido y, sin dar explicaciones sobre
lo que afirmaba su amigo, se marchó. Cuando entró por las puertas de la casa su
madre se dio cuenta de que venía con muy mal humor y le dijo:
- Te noto que vienes muy enfadado… ¿Qué te ha pasado?
-
¡Me he peleao con José!
-
¿Por qué? –insistió su madre.
–
Porque dice que soy tonto… ¿Tonto yo?
-
¿Por qué te ha dicho eso? –le
preguntó su madre.
–
Porque dice que le doy de mamar con mi
cabra al choto de “Canuto”… ¡Tonto será él pero yo no!
Llevaba razón, su bondad no la valoró José
entonces ni tampoco se valora ahora debido a que es una virtud que no se practica
con frecuencia, aparece con cuentagotas y eso le impidió ver la que tenía el
bueno e inocente Antonio.
-
Iba un día por el camino de Almenara
con las cabras, vi a un avión que venía derecho a pillarme y que me miraba
mucho.
Enrique, que era muy
mayor, le siguió la corriente y le preguntó:
-
¿Te dijo qué hacía por allí?
–
No me dijo na pero lo que sí quería era quitarme el macho, entonces yo cogí la
honda y le tiré un piedrazo.
-
¿Le diste? – le preguntó Miguel.
-
¡Sííí, claro! –le respondió Antonio.
Miguel sintió
curiosidad por conocer cómo había acabado el encuentro y le preguntó de nuevo:
-
¿Y qué hizo el avión cuando le diste con la piedra?
-
Se asustó mucho y se fue corriendo… ¡Iba
que echaba humo!
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