Colaboración de Paco Pérez
CAMINO PARA EL CRISTIANO
Jesús es el modelo de
comportamiento que debemos seguir pero la realidad es otra, la
mayor parte de los cristianos decimos una cosa y después hacemos la contraria… ¿Por qué?
Porque aún no
conocemos en qué consiste seguirle o estamos confundidos
pues decimos que creemos en Él, luego continuamos con las mismas rutinas
y nunca abandonamos en silencio lo que no sirve para hacer el bien a las
personas que nos rodean, es decir, seguimos practicando el egoísmo, la insolidaridad,
la violencia, la mentira, la injusticia… Lo lograremos cuando
amemos de verdad a Jesús y para que eso ocurra será
necesario que también amemos a los que
nos rodean y no vivamos pensando sólo en nuestros problemas sino preocupándonos
de dar solución a los de otros. El día que nos comportemos así será porque nació
en nosotros la persona nueva, esa que se preocupa del prójimo en la
línea que nos proponía Él.
Cuando
los discípulos recordaron las vivencias que tuvieron con Jesús, las
analizaron, las relacionaron entre sí, comprendieron el porqué de lo que había
sucedido desde que le conocieron y ese descubrimiento los enriqueció, los
empujó a dar la cara por el mensaje de amor al prójimo que les
comunicó, vieron la luz de la verdad y practicaron la justicia.
Cuando
comprendieron esa realidad ya no dudaron más porque la fe los acompañó al
recibir el Espíritu Santo que les había prometido Jesús, formaron
una comunidad muy cohesionada, compartieron las necesidades y lo que tenían,
las alegrías y las penas, en ella todos eran iguales porque no había
privilegios y la práctica de la oración comunitaria los unía y les ayudaba
a eliminar las discrepancias cuando surgían.
Vivir
así proporciona felicidad y ésta es muy necesaria para realizar la acción
evangelizadora en nuestra vida diaria, si queremos conseguir algo positivo de
los demás, pero si intentamos hacerlo de manera individual, teórica o
rutinaria y nos falta entonces no tendremos a alguien que nos oriente o consuele
para continuar si no logramos cambiar la sociedad y entonces ésta seguirá sin
caminar por donde Jesús lo hizo y desea que ahora lo haga. Este fracaso
será porque seguimos haciendo lo mismo debido a que no supimos interpretar bien
cómo debíamos cambiar nuestro actuar y entonces deberemos preguntarnos… ¿Podremos
convencer los cristianos a otros con estas prácticas?
No
debemos seguir viviendo dando la espalda a la realidad de nuestro mundo sino
preocupados por dar respuesta a las necesidades ajenas, defendiendo la verdad
y la justicia y sin olvidarnos que hacerlo nos acarreará sufrimiento,
como le ocurrió a Jesús. También deberemos estar muy atentos a la
divulgación intencionada de las doctrinas que emanan de las ideologías perversas
pues con ellas nos están creando falsos dioses para inutilizar así nuestra
libertad y, una vez logrado, ya consiguen que actuemos influenciados por
las directrices de esos mentores sin alma y no con la ayuda del raciocinio
que emana de nuestra capacidad de pensamiento libre, un regalo del Padre.
Cuando
Cornelio mandó
llamar a Pedro éste acudió a su casa y el encuentro nos enseña el reconocimiento
y la admiración de un gentil
hacia un hombre de Dios y también cómo
debe ser el comportamiento cristianismo con los gentiles, atender sus
necesidades, en otro tiempo Pedro no hubiera acudido. Al cambiar nos enseñó que todos somos
iguales pues Jesús no estableció
diferencias y nos pidió que amáramos al prójimo y fuéramos justos
con él. Después, cuando les habló en lenguas diferentes, el Espíritu
Santo descendió sobre los reunidos, los judíos presentes se
sorprendieron porque no comprendían que Dios, al ocurrir en presencia de
los gentiles, derribara así las barreras que unos hombres habían puesto
contra los otros. Aquella acción hizo que Pedro comprendiera que Dios
quería por igual a los judíos y a los paganos y les enseñó que si todos habían
recibido el Espíritu Santo pues él no encontraba argumentos que
impidieran recibir el Bautismo a los gentiles.
¿Hemos
asimilado los cristianos que no debemos rechazar a quienes no sean de nuestra
raza o condición social?
Juan nos enseña en
qué consiste el verdadero amor y para ello nos pone como ejemplo el amor
que Dios nos tiene… ¿Cómo lo descubrimos?
Fijándonos
en que Él nos regaló a su Hijo para que después muriera y
con ese acto sublime salvara a los hombres, sus hermanos, de la muerte
que nos ocasiona el pecado.
El
Padre amó a Jesús y, de la misma forma que fue amado, Él
nos ama y por eso quiere que nosotros también lo amemos. Para que este deseo
del Padre se cumpla es necesario que si Jesús cumplió sus
mandamientos nosotros deberemos cumplir los suyos pues, si lo hacemos, el Padre
se sentirá muy complacido y todo lo que necesitemos se lo pediremos a través de
su Hijo y el Padre nos lo concederá.
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